Los géneros cinematográficos
¿Cómo se clasifica el cine?
El cine sirve como todo medio de comunicación para cinco objetivos básicos: orientar, educar, informar, entretener e integrar a una sociedad, y de los objetivos que persiga el filme resulta generalmente un tipo de hacer cine, una modalidad o un género cinematográfico. Esto no quiere decir que un objetivo invalide a otro, de hecho, un cine ideal tendría que presentar la información con fines educativos que de forma entretenida orienten a la sociedad para lograr una integración armónica de la misma.
Un género es el grupo o categoría que reúne obras similares que comparten una serie de elementos formales y temáticos. Para identificar un género se toman en cuenta dos aspectos: los elementos exteriores (vestuario, escenografía, etc.) y los elementos interiores (la trama en sí).
La primera clasificación genérica divide al cine en dos bloques básicos: películas documentales y de ficción
El documental surge desde el nacimiento del cine, cuando los hermanos Lumiére captan en sus cámaras la realidad tal cual la observan; la ficción aparece un poco después con George Meliés, quien utiliza el cine como una forma de crear magia, de imaginar un mundo fantástico de escasos nexos con la realidad.
Una segunda clasificación divide al cine en tres bloques básicos, tomando solamente en cuenta los objetivos de Entretenimiento, Información y Educación. Se subdivide de la siguiente manera:
A) GENEROS DE ENTRETENIMIENTO:
1. Comedia.
2. Aventuras.
3. Melodramas.
4. Docudramas.
5. Suspenso y Misterio.
6. Policiaco.
7. Musical:
a) Ballet.
b) Ópera.
c) Opereta.
d) Comedia ligera.
8. Teatro Filmado.
9. Cine poema:
a) Tragedia.
b) Lirismo.
c) Epopeya.
10. Cuentos.
C) GENEROS EDUCATIVOS:
1. Documentales:
a) Turísticos.
b) Geográficos.
c) Historia Natural.
d) Exploración.
e) Históricos.
f) Deportivos.
g) Técnicos.
2. Pedagógico:
a) Para Entrenamiento.
b) Para Evaluación.
3. Científico.
4. Industrial.
Mucho se ha discutido la objetividad del documental, aunque es evidente que es un medio tan sujeto a manipulación y distorsión como cualquier otro. Por más que el cineasta pretenda ser imparcial, riguroso y objetivo, siempre tendrá que adoptar un punto de vista, y eso se manifiesta desde el momento en que el cineasta decide donde poner la cámara.
Un documental, además, puede ser etnográfico, antropológico, musical, científico, político o de encuesta. En Estados Unidos incluso han inventado algo denominado "docudrama", que se supone es la reconstrucción fiel de un hecho real, pero que utiliza actores en lugar de las personas que vivieron el hecho.
Desde luego, es en el cine de ficción donde se han dado los géneros más conocidos y populares. Si bien es difícil hablar de géneros puros a estas alturas -en fechas recientes se ha hecho frecuente la mezcla genérica-, de hacerlo se haría partiendo de los principales que Hollywood ha impuesto al mundo.
La clasificación es la siguiente:
A.- Western.
B.- Comedia:
a) Física.
b) Romántica.
c) Loca.
d) Satírica.
e) Negra.
f) Parodia.
C.- Cine Fantástico:
a) Horror: Gore -Terror.
Satanismo.
Mitos Clásicos.
Fantasmas.
Psicológico.
b) Ciencia-ficción: Invasión al Universo.
Monstruos.
Apocalipsis Inminente.
Viajes al Espacio.
Futuro Prohibido.
Magia y Espada.
Superhéroes.
D.- Musical:
a) Clásicos.
b) Broadway.
c) Coreográficos.
d) Juvenil.
e) Ópera-Rock.
f) Cultural.
E.- Thriller:
a) Policiaco.
b) Detectives.
c) Espionaje.
d) Político.
e) Erótico.
F.- Gángsters.
G.- De Época:
a) Histórico.
b) Biográfico.
c) Aventuras.
d) Capa y Espada.
e) Épico-Bíblico.
f ) Bélico.
H.- Road Movie
I.- Cine de Desastre.
J.- Drama:
a) Docudrama.
b) Melodrama.
El cine sirve como todo medio de comunicación para cinco objetivos básicos: orientar, educar, informar, entretener e integrar a una sociedad, y de los objetivos que persiga el filme resulta generalmente un tipo de hacer cine, una modalidad o un género cinematográfico. Esto no quiere decir que un objetivo invalide a otro, de hecho, un cine ideal tendría que presentar la información con fines educativos que de forma entretenida orienten a la sociedad para lograr una integración armónica de la misma.
Un género es el grupo o categoría que reúne obras similares que comparten una serie de elementos formales y temáticos. Para identificar un género se toman en cuenta dos aspectos: los elementos exteriores (vestuario, escenografía, etc.) y los elementos interiores (la trama en sí).
La primera clasificación genérica divide al cine en dos bloques básicos: películas documentales y de ficción
El documental surge desde el nacimiento del cine, cuando los hermanos Lumiére captan en sus cámaras la realidad tal cual la observan; la ficción aparece un poco después con George Meliés, quien utiliza el cine como una forma de crear magia, de imaginar un mundo fantástico de escasos nexos con la realidad.
Una segunda clasificación divide al cine en tres bloques básicos, tomando solamente en cuenta los objetivos de Entretenimiento, Información y Educación. Se subdivide de la siguiente manera:
A) GENEROS DE ENTRETENIMIENTO:
1. Comedia.
2. Aventuras.
3. Melodramas.
4. Docudramas.
5. Suspenso y Misterio.
6. Policiaco.
7. Musical:
a) Ballet.
b) Ópera.
c) Opereta.
d) Comedia ligera.
8. Teatro Filmado.
9. Cine poema:
a) Tragedia.
b) Lirismo.
c) Epopeya.
10. Cuentos.
C) GENEROS EDUCATIVOS:
1. Documentales:
a) Turísticos.
b) Geográficos.
c) Historia Natural.
d) Exploración.
e) Históricos.
f) Deportivos.
g) Técnicos.
2. Pedagógico:
a) Para Entrenamiento.
b) Para Evaluación.
3. Científico.
4. Industrial.
Mucho se ha discutido la objetividad del documental, aunque es evidente que es un medio tan sujeto a manipulación y distorsión como cualquier otro. Por más que el cineasta pretenda ser imparcial, riguroso y objetivo, siempre tendrá que adoptar un punto de vista, y eso se manifiesta desde el momento en que el cineasta decide donde poner la cámara.
Un documental, además, puede ser etnográfico, antropológico, musical, científico, político o de encuesta. En Estados Unidos incluso han inventado algo denominado "docudrama", que se supone es la reconstrucción fiel de un hecho real, pero que utiliza actores en lugar de las personas que vivieron el hecho.
Desde luego, es en el cine de ficción donde se han dado los géneros más conocidos y populares. Si bien es difícil hablar de géneros puros a estas alturas -en fechas recientes se ha hecho frecuente la mezcla genérica-, de hacerlo se haría partiendo de los principales que Hollywood ha impuesto al mundo.
La clasificación es la siguiente:
A.- Western.
B.- Comedia:
a) Física.
b) Romántica.
c) Loca.
d) Satírica.
e) Negra.
f) Parodia.
C.- Cine Fantástico:
a) Horror: Gore -Terror.
Satanismo.
Mitos Clásicos.
Fantasmas.
Psicológico.
b) Ciencia-ficción: Invasión al Universo.
Monstruos.
Apocalipsis Inminente.
Viajes al Espacio.
Futuro Prohibido.
Magia y Espada.
Superhéroes.
D.- Musical:
a) Clásicos.
b) Broadway.
c) Coreográficos.
d) Juvenil.
e) Ópera-Rock.
f) Cultural.
E.- Thriller:
a) Policiaco.
b) Detectives.
c) Espionaje.
d) Político.
e) Erótico.
F.- Gángsters.
G.- De Época:
a) Histórico.
b) Biográfico.
c) Aventuras.
d) Capa y Espada.
e) Épico-Bíblico.
f ) Bélico.
H.- Road Movie
I.- Cine de Desastre.
J.- Drama:
a) Docudrama.
b) Melodrama.
WESTERN
Situado en la segunda mitad del siglo pasado, es la épica estadounidense, la narración de la conquista de sus fronteras, y por ello es un género violento por naturaleza: todo se resuelve por medio de la acción y del enfrentamiento con armas de fuego.
Sus elementos exteriores son, generalmente, escenarios o locaciones rurales (pueblos fantasma, paisajes desérticos, tabernas, salones, cárceles), vestuario de época, carretas, caballos, etc. Los elementos interiores son: personajes con papeles bien definidos (sheriff o alguacil, pistoleros, damas de compañía, forastero (s), indios), que defienden la tranquilidad de un poblado, que tienen un rígido sentido del deber y la justicia y un código de honor característico.
Pioneros del Género.-
JOHN FORD: «La Diligencia» (1939); «La Pasión de los Fuertes» (1946); «Más Corazón que Odio» (1956).
HOWARD HAWKS: «Río Rojo» (1948); «Río Bravo» (1959).
ANTHONY MANN: «Winchester 73» (1950); «El Hombre del Oeste» (1958).
SAM PECKINPAH: «Pistoleros al Atardecer» (1962); «La Pandilla Salvaje» (1969).
ACTOR REPRESENTATIVO: John Wayne.
Otras corrientes o derivaciones del género han sido:
SPAGUETTI WESTERN (ITALIA): su director representativo es Sergio Leone que lanzó a la fama al actor Clint Eastwood por medio de la trilogía: «Por Un Puñado de Dólares» (1964); «Por Unos Dólares Más» (1965) y «El Bueno, El Malo y El Feo» (1966).
COMEDIA RANCHERA (MEXICO): sus directores representativos fueron (entre otros): Fernando de Fuentes e Ismael Rodríguez, que hicieron inmortales a dos grandes ídolos populares como Pedro Infante y Jorge Negrete.
Algunos títulos clásicos de este género son: «Allá en el Rancho Grande» (1936); «Los Tres García» (1946); «Los Tres Huastecos» (1948); «La Oveja Negra» (1949); «No Desearás la Mujer de tu Hijo» (1950); «Dos Tipos de Cuidado» (1952) y «Los Hermanos del Hierro» (1961). En los años sesenta y setenta se hicieron populares los "westerns" protagonizados por los hermanos Mario y Fernando Almada, quienes hicieron del estado de Durango su lugar de filmación preferido.
En años recientes el western se ha posicionado nuevamente en el gusto del público. Directores como Lawrence Kasdan, Clint Eastwood, Kevin Costner y George P. Cosmatos han devuelto a las cintas del oeste su antiguo esplendor, ejemplo de esto son los siguientes títulos:
«Silverado», Lawrence Kasdan, 1985.
«Los Jóvenes Pistoleros», Christopher Cain, 1988.
«Los Jóvenes Pistoleros II», Geoff Murphy, 1990.
«Los Imperdonables», Clint Eastwood, 1992.
«Los Justicieros», George P. Cosmatos, 1994.
«Maverick», Richard Donner, 1994.
«Cuatro Mujeres y un Destino», Jonathan Kaplan, 1994.
«Wyatt Earp», Lawrence Kasdan, 1994.
“La oveja negra y la descarriada”.
Por Denis Paul Rodríguez Romero.
Una historia sin héroes no es historia. La nuestra, por ejemplo, está plagada de personajes que, en un momento dado, pudieron pelear entre sí a causa de ideales encontrados; ahora nos hallamos con que todos, buenos y malos, tienen calles, y sus caras salen en los billetes. Pudiera, hasta cierto punto, decirse que la nuestra es una historia desgraciada pero feliz, porque tenemos muchos hombres ilustres para bautizar muchas, muchas calles y memorizar sus (en algunos casos, ficticias) biografías.
Ahora bien, ésa es nuestra historia patria. Pero ¿qué tienen para sí los vecinos del norte? ¿A Washington?, ¿A Jefferson?, ¿A Franklin? Sus vidas fueron más o menos aburridas. Sí, firmaron la declaración de la independencia (esfuerzo para lo cual es necesario sólo saber escribir), y ya. Ni fueron decapitados, ni los fusilaron, ni tuvieron derrotas, ni quemaron alhóndigas, ni inventaron frases célebres (a excepción de Franklin). A Washington se le recuerda porque hay una ciudad que, curiosamente, se llama igual que él; Jefferson es alguien más bien obscuro y falto de interés, y Franklin fue un anciano sin mayores emociones en su vida que volar papalotes en medio de las tormentas.
Augusto Monterroso escribió, con la brevedad que le es característica, un cuento titulado “La oveja negra”, que dice más o menos así: “existió una vez una oveja negra. Fue fusilada. Años después, le levantaron un monumento. Ahora, cada nueva oveja negra que surge es fusilada, para que su imagen en los monumentos inspire la vida sin sentido de las nuevas generaciones del rebaño”.
La cinta «Jóvenes Pistoleros ( Young Guns, Christopher Cain, 1988)» representa eso, el sentimiento gringo de falta de hombres ejemplares qué seguir, qué recordar, qué adorar, previo sacrificio. Aunque maneja en determinado punto la psicología de la creación del mito (al crecer la imagen de Billy the Kid como “un tirador zurdo, alto y apuesto”, etc.) y la influencia de los medios de comunicación (en este caso, un periódico), lo hace de manera superficial; es una idea desaprovechada en medio de un mar de gags que pretenden ser cómicos y despertar la simpatía del espectador por determinado personaje. Así se perdió, por el recurso fácil de la comicidad visual, lo que pudo ser la idea central, y así construirse un argumento más sólido e interesante, amen de que “la muerte del ser querido” es uno de los móviles más tradicionales y predecibles (e inverosímiles, podría agregarse). El origen del conflicto (la muerte del mecenas inglés de los jóvenes descarriados) es más bien sentimentalista, y repetitivo hasta el hartazgo en las cintas de acción de Hollywood.
Otro fenómeno interesante es la revitalización que el filme dio al género en su momento. El western se encontraba agotado, salvo una o dos películas recordables en la década de los ochenta, si no yerro en las fechas, después vendrían «Danza con Lobos (Dances with wolves, Kevin Costner, 1990)» y «Volver al Futuro 3 (Back to the Future, part 3, Robert Zemeckis, 1990» que, desde ópticas diferentes, coadyuvaron con «Jóvenes Pistoleros»
(y su secuela) a darle una, después de todo, nueva proyección a las historias de vaqueros. ¿Qué factores
intervinieron en este western renaissance?
Las caras nuevas (pilar fundamental de «Jóvenes Pistoleros»), las temáticas nuevas (un oeste sin indios o con indios que ya no se dedicaban exclusivamente a cortar cabelleras), o simplemente la desmitificación a través de la tecnología que significó «Volver al Futuro 3». Aún más interesante sería el estudio de por qué una temática ubicada en un entorno que es (se supone) de interés exclusivo a los estadounidenses, despierta tanto furor en los demás países donde se exhiben dichas producciones. Me explico: ¿por qué una historia de vaqueros, que debería importarnos muy poco (sería más natural nuestra adicción por películas que representaran nuestra realidad nacional), se le ve con más gusto que una dirigida por Arturo Ripstein, Alfonso Cuarón o Jorge Fons, por citar algunos? Pero eso sería tema de otro escrito.
¿Es «Jóvenes Pistoleros» una película mala? He aquí una pregunta fundamental y básicamente mal estructurada, ¿mala para quién?. Sí, tiene una historia trillada, una deficiente musicalización, intenta ser cómica y sentimentalista, y tiene un happy end (hasta tiene segunda parte). Pero entonces la respuesta sería otra. Sí, para nosotros (rectifico, para mí. Es muy difícil generalizar) es intrascendente, pero cabría preguntarse cuánto significa (así de intrascendente o mala, o bonita y tierna, como podríamos calificarla de este lado del Bravo), en las mentes de los gringos significa mucho. Es nada menos que el resurgimiento de ideales y figuras que ya no tienen. Es la reafirmación de una cultura y una nación que nació no con una declaración de independencia, sino con la invención de los medios de comunicación. Es la reaparición de héroes -que en su momento fueron ovejas negras- para un pueblo que carece de héroes y tiene que inventárselos.
Entonces, ¿es mala? Parafraseando a Pito Pérez, sólo cabe agregar; “pobrecitos de los gringos, qué lástima les tengo”.
Situado en la segunda mitad del siglo pasado, es la épica estadounidense, la narración de la conquista de sus fronteras, y por ello es un género violento por naturaleza: todo se resuelve por medio de la acción y del enfrentamiento con armas de fuego.
Sus elementos exteriores son, generalmente, escenarios o locaciones rurales (pueblos fantasma, paisajes desérticos, tabernas, salones, cárceles), vestuario de época, carretas, caballos, etc. Los elementos interiores son: personajes con papeles bien definidos (sheriff o alguacil, pistoleros, damas de compañía, forastero (s), indios), que defienden la tranquilidad de un poblado, que tienen un rígido sentido del deber y la justicia y un código de honor característico.
Pioneros del Género.-
JOHN FORD: «La Diligencia» (1939); «La Pasión de los Fuertes» (1946); «Más Corazón que Odio» (1956).
HOWARD HAWKS: «Río Rojo» (1948); «Río Bravo» (1959).
ANTHONY MANN: «Winchester 73» (1950); «El Hombre del Oeste» (1958).
SAM PECKINPAH: «Pistoleros al Atardecer» (1962); «La Pandilla Salvaje» (1969).
ACTOR REPRESENTATIVO: John Wayne.
Otras corrientes o derivaciones del género han sido:
SPAGUETTI WESTERN (ITALIA): su director representativo es Sergio Leone que lanzó a la fama al actor Clint Eastwood por medio de la trilogía: «Por Un Puñado de Dólares» (1964); «Por Unos Dólares Más» (1965) y «El Bueno, El Malo y El Feo» (1966).
COMEDIA RANCHERA (MEXICO): sus directores representativos fueron (entre otros): Fernando de Fuentes e Ismael Rodríguez, que hicieron inmortales a dos grandes ídolos populares como Pedro Infante y Jorge Negrete.
Algunos títulos clásicos de este género son: «Allá en el Rancho Grande» (1936); «Los Tres García» (1946); «Los Tres Huastecos» (1948); «La Oveja Negra» (1949); «No Desearás la Mujer de tu Hijo» (1950); «Dos Tipos de Cuidado» (1952) y «Los Hermanos del Hierro» (1961). En los años sesenta y setenta se hicieron populares los "westerns" protagonizados por los hermanos Mario y Fernando Almada, quienes hicieron del estado de Durango su lugar de filmación preferido.
En años recientes el western se ha posicionado nuevamente en el gusto del público. Directores como Lawrence Kasdan, Clint Eastwood, Kevin Costner y George P. Cosmatos han devuelto a las cintas del oeste su antiguo esplendor, ejemplo de esto son los siguientes títulos:
«Silverado», Lawrence Kasdan, 1985.
«Los Jóvenes Pistoleros», Christopher Cain, 1988.
«Los Jóvenes Pistoleros II», Geoff Murphy, 1990.
«Los Imperdonables», Clint Eastwood, 1992.
«Los Justicieros», George P. Cosmatos, 1994.
«Maverick», Richard Donner, 1994.
«Cuatro Mujeres y un Destino», Jonathan Kaplan, 1994.
«Wyatt Earp», Lawrence Kasdan, 1994.
“La oveja negra y la descarriada”.
Por Denis Paul Rodríguez Romero.
Una historia sin héroes no es historia. La nuestra, por ejemplo, está plagada de personajes que, en un momento dado, pudieron pelear entre sí a causa de ideales encontrados; ahora nos hallamos con que todos, buenos y malos, tienen calles, y sus caras salen en los billetes. Pudiera, hasta cierto punto, decirse que la nuestra es una historia desgraciada pero feliz, porque tenemos muchos hombres ilustres para bautizar muchas, muchas calles y memorizar sus (en algunos casos, ficticias) biografías.
Ahora bien, ésa es nuestra historia patria. Pero ¿qué tienen para sí los vecinos del norte? ¿A Washington?, ¿A Jefferson?, ¿A Franklin? Sus vidas fueron más o menos aburridas. Sí, firmaron la declaración de la independencia (esfuerzo para lo cual es necesario sólo saber escribir), y ya. Ni fueron decapitados, ni los fusilaron, ni tuvieron derrotas, ni quemaron alhóndigas, ni inventaron frases célebres (a excepción de Franklin). A Washington se le recuerda porque hay una ciudad que, curiosamente, se llama igual que él; Jefferson es alguien más bien obscuro y falto de interés, y Franklin fue un anciano sin mayores emociones en su vida que volar papalotes en medio de las tormentas.
Augusto Monterroso escribió, con la brevedad que le es característica, un cuento titulado “La oveja negra”, que dice más o menos así: “existió una vez una oveja negra. Fue fusilada. Años después, le levantaron un monumento. Ahora, cada nueva oveja negra que surge es fusilada, para que su imagen en los monumentos inspire la vida sin sentido de las nuevas generaciones del rebaño”.
La cinta «Jóvenes Pistoleros ( Young Guns, Christopher Cain, 1988)» representa eso, el sentimiento gringo de falta de hombres ejemplares qué seguir, qué recordar, qué adorar, previo sacrificio. Aunque maneja en determinado punto la psicología de la creación del mito (al crecer la imagen de Billy the Kid como “un tirador zurdo, alto y apuesto”, etc.) y la influencia de los medios de comunicación (en este caso, un periódico), lo hace de manera superficial; es una idea desaprovechada en medio de un mar de gags que pretenden ser cómicos y despertar la simpatía del espectador por determinado personaje. Así se perdió, por el recurso fácil de la comicidad visual, lo que pudo ser la idea central, y así construirse un argumento más sólido e interesante, amen de que “la muerte del ser querido” es uno de los móviles más tradicionales y predecibles (e inverosímiles, podría agregarse). El origen del conflicto (la muerte del mecenas inglés de los jóvenes descarriados) es más bien sentimentalista, y repetitivo hasta el hartazgo en las cintas de acción de Hollywood.
Otro fenómeno interesante es la revitalización que el filme dio al género en su momento. El western se encontraba agotado, salvo una o dos películas recordables en la década de los ochenta, si no yerro en las fechas, después vendrían «Danza con Lobos (Dances with wolves, Kevin Costner, 1990)» y «Volver al Futuro 3 (Back to the Future, part 3, Robert Zemeckis, 1990» que, desde ópticas diferentes, coadyuvaron con «Jóvenes Pistoleros»
(y su secuela) a darle una, después de todo, nueva proyección a las historias de vaqueros. ¿Qué factores
intervinieron en este western renaissance?
Las caras nuevas (pilar fundamental de «Jóvenes Pistoleros»), las temáticas nuevas (un oeste sin indios o con indios que ya no se dedicaban exclusivamente a cortar cabelleras), o simplemente la desmitificación a través de la tecnología que significó «Volver al Futuro 3». Aún más interesante sería el estudio de por qué una temática ubicada en un entorno que es (se supone) de interés exclusivo a los estadounidenses, despierta tanto furor en los demás países donde se exhiben dichas producciones. Me explico: ¿por qué una historia de vaqueros, que debería importarnos muy poco (sería más natural nuestra adicción por películas que representaran nuestra realidad nacional), se le ve con más gusto que una dirigida por Arturo Ripstein, Alfonso Cuarón o Jorge Fons, por citar algunos? Pero eso sería tema de otro escrito.
¿Es «Jóvenes Pistoleros» una película mala? He aquí una pregunta fundamental y básicamente mal estructurada, ¿mala para quién?. Sí, tiene una historia trillada, una deficiente musicalización, intenta ser cómica y sentimentalista, y tiene un happy end (hasta tiene segunda parte). Pero entonces la respuesta sería otra. Sí, para nosotros (rectifico, para mí. Es muy difícil generalizar) es intrascendente, pero cabría preguntarse cuánto significa (así de intrascendente o mala, o bonita y tierna, como podríamos calificarla de este lado del Bravo), en las mentes de los gringos significa mucho. Es nada menos que el resurgimiento de ideales y figuras que ya no tienen. Es la reafirmación de una cultura y una nación que nació no con una declaración de independencia, sino con la invención de los medios de comunicación. Es la reaparición de héroes -que en su momento fueron ovejas negras- para un pueblo que carece de héroes y tiene que inventárselos.
Entonces, ¿es mala? Parafraseando a Pito Pérez, sólo cabe agregar; “pobrecitos de los gringos, qué lástima les tengo”.
COMEDIA
Puede considerarse como el género más antiguo si tomamos en cuenta los breves filmes de George Meliés o las cintas «Bebé Comiendo su Sopa» y el famoso «Regador Regado», ambas de los hermanos Lumiére. La intención fundamental, claro esta, es provocar la risa en los espectadores (aunque no en todos los casos, como en la comedia romántica); lo que cambia es el método y las intenciones del director, de ahí parten los diversos subgéneros.
FÍSICA (slapstick)
Recae sobre el desempeño de los actores; el desarrollo a velocidad es la forma primaria de la comedia. Con la introducción del sonido este humor se volvió más sutil, pero sin perder su esencia original. Actualmente el director que es considerado como "el amo del slapstick" es Blake Edwards.
Ejemplos:
La producción de Charles Chaplin (Charles Spencer Chaplin).
La producción de "El Gordo y El Flaco" (Stan Laurel y Oliver Hardy).
La serie de «La Pantera Rosa», del director Blake Edwards.
«Un Muerto... Pero de Risa», Ted Kotcheff, 1989.
«¿Qué pasa Bob?», Frank Oz, 1991.
«¡Qué Perra Suerte!», Nadia Tess, 1991.
«La Máscara», Chuck Russell, 1994.
ROMÁNTICA
Se caracteriza por tener una trama donde existe un inicial antagonismo en los personajes o las situaciones; plantea el conflicto, lo desarrolla y se resuelve de manera favorable.
Ejemplos:
«El Cielo se Equivocó», Emile Ardolino, 1989.
«Ghost», Jerry Zucker, 1990.
«Mujer Bonita», Garry Marshall, 1990.
«La Mujer de Benjamín», Luis Carlos Carrera, 1992.
«El Guardaespaldas», Mick Jackson, 1992.
«Cuatro Bodas y Un Funeral», Mike Newell, 1994.
«Beso Francés», Lawrence Kasdan, 1995.
«Por Siempre», Andy Tennant, 1998.
«Juego de Gemelas», Nancy Meyers, 1998.
LOCA
También conocida como "screwball", presenta situaciones disparatadas narradas a ritmo trepidante y de forma absurda.
Ejemplos:
La serie «¿Y donde está el Policía?», 1988, 1991, 1994.
La serie «Loca Academia de Policía», 1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1994.
«Despedida de Soltero», Neil Israel, 1984.
«El Hombre del Zapato Rojo», Stan Dragoti, 1985.
«S.O.S. Vecinos al Ataque», Joe Dante, 1989.
«Loca Academia de Pilotos I y II», Jim Abrahams, 1991, 1993.
SATÍRICA
Se utiliza principalmente la crítica y el humor anárquico para representar una historia.
Ejemplos:
«Una Eva y Dos Adanes», Billy Wilder, 1959.
«El Apartamento», Billy Wilder, 1960.
«Los Caifánes», Juan Ibáñez, 1967.
«México 2000», Rogelio A. González, 1981.
«Infielmente Tuya», Howard Zieff, 1984.
«Sólo con tu Pareja», Alfonso Cuarón, 1992.
NEGRA
Se burlan de situaciones reales, utilizan un humor irreverente (humor negro), al grado de hacerlo macabro.
Ejemplos:
«Dr. Insólito», Stanley Kubrick, 1964.
«Bota a Mamá del Tren», Danny De Vito, 1987.
«La Guerra de los Roses», Danny De Vito, 1989.
«Los Locos Addams», Barry Sonnenfeld, 1991.
«Asesinos por Naturaleza», Oliver Stone, 1994.
«Tiempos Violentos», Quentin Tarantino, 1994.
PARODIA
Es la imitación burlesca de ciertos géneros o temas a partir de la alteración de sus convenciones.
Ejemplos:
«La Danza de los Vampiros», Roman Polanski, 1967.
«Frankenstein Jr.», Mel Brooks, 1974.
«La Loca Historia del Mundo», Mel Brooks, 1981.
«El Cavernícola», Carl Gottlieb, 1981.
«Beetlejuice», Tim Burton, 1988.
«Las Locas Aventuras de Robin Hood», Mel Brooks, 1994.
“Sólo con tu pareja”.
Por Jorge Moreno Álvarez.
«Sólo con tu pareja» ganó el primer lugar en la categoría “Ciudad de México” en el V Concurso de Cine organizado por FECIMEX en 1991, el “Ariel” al mejor argumento original en ese año y el premio “Sonrisa” otorgado en 1992 por la Academia Mexicana del Humor en los rubros de mejor película y mejor director. Se presentó también en la XXIV Muestra Internacional de Cine y en el Festival de Toronto.
En su ópera prima, Alfonso Cuarón deja atrás los tradicionales personajes trágicos mexicanos para ofrecernos una visión mucho menos solemne de la sociedad mexicana, o al menos de una parte de esta sociedad. Tomás (Daniel Giménez Cacho), el protagonista de la historia, no tiene carencias económicas ni está maniatado por una sociedad que lo asfixia. Tampoco se emborracha en las cantinas ni golpea mujeres.
Por el contrario, Tomás es un mexicano muy moderno, publicista, que convive con japoneses, brinca de cama en cama, vive el momento y da un ritmo vertiginoso a esta comedia, magistralmente fotografiada por Emmanuel Lubezki y que demuestra la destreza del joven Cuarón para narrar con imágenes. La cinta exhibe, por fin, a una clase media ignorada por los cineastas nacionales, mostrada dentro de escenarios muy capitalinos, como el Paseo de la Reforma, un bar de Garibaldi o la Torre Latinoamericana.
Una de sus protagonistas, la bella Claudia Ramírez, opina acerca de la realización: “es una película muy importante por sí sola, por lo que representa; la hicimos en un momento en el cual se necesitaba demostrar que en México se hacía buen cine. El tema real es de un Don Juan de los años 90 que se enfrenta a un problema de actualidad como el SIDA. En sí, toda la película fue hecha sobre la base de anécdotas”.
Cuarón pertenece a una generación del cine mexicano, la más joven, que ha demostrado poseer una notable solvencia técnica, aunada a su capacidad narrativa, y a una saludable disposición al humor, bajo una influencia bien asimilada del mejor cine hollywoodense.
La comedia es un género difícil donde la precisión del ritmo y tono es fundamental para su eficacia. Cuarón supo encontrar justos el ritmo y el tono que requería su material (el uso de letreros y la música de Mozart son grandes aciertos), con la complicidad de un intérprete completamente afín y la aportación de Lubezki, el fotógrafo de cine más notable de la nueva camada por su voluntad a arriesgarse con la luz, logrando trabajos impecables.
Complementan el reparto de esta magnífica cinta Claudia Fernández, Luis de Icaza, Isabel Benet, Astrid Hadad, Dobrina Liubomiroya y Arturo Alegro.
Puede considerarse como el género más antiguo si tomamos en cuenta los breves filmes de George Meliés o las cintas «Bebé Comiendo su Sopa» y el famoso «Regador Regado», ambas de los hermanos Lumiére. La intención fundamental, claro esta, es provocar la risa en los espectadores (aunque no en todos los casos, como en la comedia romántica); lo que cambia es el método y las intenciones del director, de ahí parten los diversos subgéneros.
FÍSICA (slapstick)
Recae sobre el desempeño de los actores; el desarrollo a velocidad es la forma primaria de la comedia. Con la introducción del sonido este humor se volvió más sutil, pero sin perder su esencia original. Actualmente el director que es considerado como "el amo del slapstick" es Blake Edwards.
Ejemplos:
La producción de Charles Chaplin (Charles Spencer Chaplin).
La producción de "El Gordo y El Flaco" (Stan Laurel y Oliver Hardy).
La serie de «La Pantera Rosa», del director Blake Edwards.
«Un Muerto... Pero de Risa», Ted Kotcheff, 1989.
«¿Qué pasa Bob?», Frank Oz, 1991.
«¡Qué Perra Suerte!», Nadia Tess, 1991.
«La Máscara», Chuck Russell, 1994.
ROMÁNTICA
Se caracteriza por tener una trama donde existe un inicial antagonismo en los personajes o las situaciones; plantea el conflicto, lo desarrolla y se resuelve de manera favorable.
Ejemplos:
«El Cielo se Equivocó», Emile Ardolino, 1989.
«Ghost», Jerry Zucker, 1990.
«Mujer Bonita», Garry Marshall, 1990.
«La Mujer de Benjamín», Luis Carlos Carrera, 1992.
«El Guardaespaldas», Mick Jackson, 1992.
«Cuatro Bodas y Un Funeral», Mike Newell, 1994.
«Beso Francés», Lawrence Kasdan, 1995.
«Por Siempre», Andy Tennant, 1998.
«Juego de Gemelas», Nancy Meyers, 1998.
LOCA
También conocida como "screwball", presenta situaciones disparatadas narradas a ritmo trepidante y de forma absurda.
Ejemplos:
La serie «¿Y donde está el Policía?», 1988, 1991, 1994.
La serie «Loca Academia de Policía», 1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1989, 1994.
«Despedida de Soltero», Neil Israel, 1984.
«El Hombre del Zapato Rojo», Stan Dragoti, 1985.
«S.O.S. Vecinos al Ataque», Joe Dante, 1989.
«Loca Academia de Pilotos I y II», Jim Abrahams, 1991, 1993.
SATÍRICA
Se utiliza principalmente la crítica y el humor anárquico para representar una historia.
Ejemplos:
«Una Eva y Dos Adanes», Billy Wilder, 1959.
«El Apartamento», Billy Wilder, 1960.
«Los Caifánes», Juan Ibáñez, 1967.
«México 2000», Rogelio A. González, 1981.
«Infielmente Tuya», Howard Zieff, 1984.
«Sólo con tu Pareja», Alfonso Cuarón, 1992.
NEGRA
Se burlan de situaciones reales, utilizan un humor irreverente (humor negro), al grado de hacerlo macabro.
Ejemplos:
«Dr. Insólito», Stanley Kubrick, 1964.
«Bota a Mamá del Tren», Danny De Vito, 1987.
«La Guerra de los Roses», Danny De Vito, 1989.
«Los Locos Addams», Barry Sonnenfeld, 1991.
«Asesinos por Naturaleza», Oliver Stone, 1994.
«Tiempos Violentos», Quentin Tarantino, 1994.
PARODIA
Es la imitación burlesca de ciertos géneros o temas a partir de la alteración de sus convenciones.
Ejemplos:
«La Danza de los Vampiros», Roman Polanski, 1967.
«Frankenstein Jr.», Mel Brooks, 1974.
«La Loca Historia del Mundo», Mel Brooks, 1981.
«El Cavernícola», Carl Gottlieb, 1981.
«Beetlejuice», Tim Burton, 1988.
«Las Locas Aventuras de Robin Hood», Mel Brooks, 1994.
“Sólo con tu pareja”.
Por Jorge Moreno Álvarez.
«Sólo con tu pareja» ganó el primer lugar en la categoría “Ciudad de México” en el V Concurso de Cine organizado por FECIMEX en 1991, el “Ariel” al mejor argumento original en ese año y el premio “Sonrisa” otorgado en 1992 por la Academia Mexicana del Humor en los rubros de mejor película y mejor director. Se presentó también en la XXIV Muestra Internacional de Cine y en el Festival de Toronto.
En su ópera prima, Alfonso Cuarón deja atrás los tradicionales personajes trágicos mexicanos para ofrecernos una visión mucho menos solemne de la sociedad mexicana, o al menos de una parte de esta sociedad. Tomás (Daniel Giménez Cacho), el protagonista de la historia, no tiene carencias económicas ni está maniatado por una sociedad que lo asfixia. Tampoco se emborracha en las cantinas ni golpea mujeres.
Por el contrario, Tomás es un mexicano muy moderno, publicista, que convive con japoneses, brinca de cama en cama, vive el momento y da un ritmo vertiginoso a esta comedia, magistralmente fotografiada por Emmanuel Lubezki y que demuestra la destreza del joven Cuarón para narrar con imágenes. La cinta exhibe, por fin, a una clase media ignorada por los cineastas nacionales, mostrada dentro de escenarios muy capitalinos, como el Paseo de la Reforma, un bar de Garibaldi o la Torre Latinoamericana.
Una de sus protagonistas, la bella Claudia Ramírez, opina acerca de la realización: “es una película muy importante por sí sola, por lo que representa; la hicimos en un momento en el cual se necesitaba demostrar que en México se hacía buen cine. El tema real es de un Don Juan de los años 90 que se enfrenta a un problema de actualidad como el SIDA. En sí, toda la película fue hecha sobre la base de anécdotas”.
Cuarón pertenece a una generación del cine mexicano, la más joven, que ha demostrado poseer una notable solvencia técnica, aunada a su capacidad narrativa, y a una saludable disposición al humor, bajo una influencia bien asimilada del mejor cine hollywoodense.
La comedia es un género difícil donde la precisión del ritmo y tono es fundamental para su eficacia. Cuarón supo encontrar justos el ritmo y el tono que requería su material (el uso de letreros y la música de Mozart son grandes aciertos), con la complicidad de un intérprete completamente afín y la aportación de Lubezki, el fotógrafo de cine más notable de la nueva camada por su voluntad a arriesgarse con la luz, logrando trabajos impecables.
Complementan el reparto de esta magnífica cinta Claudia Fernández, Luis de Icaza, Isabel Benet, Astrid Hadad, Dobrina Liubomiroya y Arturo Alegro.
CINE FANTÁSTICO
Surge desde las primeras películas del francés George Meliés, quien fue el primero en utilizar trucos como sobre -impresiones, doble exposición y substitución para crear una situación inverosímil que cautivaba a un público cada vez mayor.
Este tipo de cine se divide en dos bloques básicos: cine de horror y de ciencia-ficción.
HORROR
Narra lo que ocurre cuando lo normal es amenazado por lo anormal, que puede ser cualquier cosa: demonios, monstruos, zombis, asesinos psicópatas, animales reales o imaginarios.
Hay quien dice que si el cine se compara con frecuencia con el sueño, el de horror es el equivalente a la pesadilla. Sociológicamente es interesante comprobar como los miedos de una sociedad se reflejan en este cine, causando un impacto inmediato y reacciones visibles en los espectadores.
Los pioneros del género nacieron en Alemania, y fueron: Henrik Galeen con «El Goleem» (1914); Robert Wiene con «El Gabinete del Dr. Caligari» (1919), y Friedrich Wilhelm Murnau con «Nosferatu», de 1922.
En Estados Unidos los primeros en cultivar el cine de horror fueron:
JAMES WHALE: «Frankenstein» (1931); «La Novia de Frankenstein» (1935).
TOD BROWNING: «Garras Humanas» (1927); «La Casa del Horror» (1927); «Drácula» (1931); «La Parada de los Monstruos» (1932);
«Muñecos Infernales» (1936).
EDGAR GEORGE ULMER: «Satanás» (1934).
Los actores representativos de estos directores fueron Boris Karloff, Bela Lugosi, Lon Chaney, Claude Rains y Lon Chaney Jr.
En Inglaterra a finales de la década de los cincuenta el director Terence Fisher decidió devolverle al género su antiguo esplendor reviviendo los olvidados mitos de Drácula y Frankenstein. Con la compañía "Hammer Films", este director lanzó a la fama a los actores Peter Cushing y Christopher Lee.
Los títulos más representativos de la llamada "escuela inglesa" son:
«La Maldición de Frankenstein» (1957).
«Drácula» (1958).
«La Venganza de Frankenstein» (1958).
«Las Novias de Drácula» (1963).
«Drácula, Príncipe de las Tinieblas» (1965).
«El Cerebro de Frankenstein» (1969).
Por otra parte, el cine italiano creó también un estilo muy peculiar y propio para el género del horror. Tres nombres resultan fundamentales:
MARIO BAVA: «La Máscara del Demonio» (1960); «Las Tres Caras del Miedo» (1963); «Terror en el Espacio» (1965).
RICCARDO FREDA: «Lo Spettro» (1963); «El Terrible Secreto del Dr. Hichcock» (1962).
DARIO ARGENTO: «El Gato de las Nueve Colas» (1970); «Rojo Profundo» (1975); «Alarido» (1977).
En las dos últimas décadas el cine de horror sigue varias coordenadas fácilmente identificables.
GORE-TERROR
Se refiere al cine de extrema violencia y sangre, casi exclusivamente para espectadores masoquistas. El modelo fue «Masacre en Texas» (1974), del director Tobe Hooper; y los grandes éxitos se llamaron «Viernes 13», de Steve Miner y «Pesadilla en la Calle del Infierno», de Wes Craven.
Ejemplos:
«Masacre en Texas 1 y 2», Tobe Hopper, 1974, 1986.
La serie «Viernes 13».
«Halloween», John Carpenter, 1978.
La serie «Pesadilla en la Calle del Infierno».
«La Noche de los Muertos Vivientes», George A. Romero, 1968.
«Del Crepúsculo al Amanecer», Robert Rodríguez, 1995.
«Vampiros», John Carpenter, 1998.
SATANISMO
Se trata de cintas inspiradas, directa o indirectamente, en el tenebroso mundo de las posesiones satánicas, de la adoración del diablo, la proliferación de sectas y el entorno diabólico. Presentan la eterna lucha de la luz (el bien) contra las tinieblas (el mal).
Ejemplos:
La trilogía «El Exorcista», 1973, 1977, 1990.
La trilogía «La Profecía», 1976, 1978, 1981.
«El Bebé de Rosemary», Roman Polanski, 1968.
«Corazón Satánico», Alan Parker, 1987.
«Los Creyentes», John Schlesinger, 1987.
«El Príncipe de las Tinieblas», John Carpenter, 1987.
MITOS CLÁSICOS
Se refiere a la reposición de cintas como «Frankenstein», «Drácula» o «El Hombre Lobo» en producciones actuales, tomando la esencia del mito y mezclándolo con personajes y situaciones de la vida contemporánea.
Ejemplos:
«Un Hombre Lobo Americano en Londres», John Landis, 1981.
«Bram Stoker's Dracula», Francis Ford Coppola, 1992.
«Cronos (La invención de Cronos)», Guillermo del Toro, 1992.
«Lobo», Mike Nichols, 1994.
«Entrevista con el Vampiro», Neil Jordan, 1994.
«Mary Shelley's Frankenstein», Kenneth Branagh, 1994.
FANTASMAS
Se refiere al tratamiento de casos donde una o varias presencias sobrenaturales alteran la vida de una familia o persona provocando situaciones que se encuentran fuera de la comprensión humana: pueden estar basadas en hechos reales o en historias escritas especialmente para la pantalla.
Ejemplos:
La trilogía «Poltergeist», 1982, 1986, 1988.
La trilogía «Phantasma», 1979, 1988, 1993.
La serie «Amityville».
«La Niebla», John Carpenter, 1980.
«El Ente», Sidney Furie, 1983.
«La Mansión», Steve Miner, 1986.
PSICOLÓGICO
Oscila entre la nueva historia de psicópatas, muy de moda durante toda la década mezclada con el estudio de la introspección en los lados más obscuros de la mente humana.
Ejemplos:
La trilogía «Psicosis», 1960, 1983, 1986.
«El resplandor», Stanley Kubrick, 1980.
«En la Quietud de la Noche», Robert Benton, 1982.
«El Inquilino», John Schlesinger, 1990.
«Cabo de Miedo», Martin Scorsese, 1991.
«El Silencio de los Inocentes», Jonathan Demme, 1991.
“Sobrenatural”.
Por Luis Alejandro Hernández Garibay.
¿”El maleficio” strickes back?.
Bueno, por lo menos eso podría decir una que otra persona al ver avances de la película «Sobrenatural», pero, esta cinta es mucho más que un “remake” chafa de “El Maleficio” (ojo, la novela y no la película).
La historia gira alrededor de Dolores, una atractiva joven la cual sufre de alucinaciones o “visiones futuristas”. Al buscar una explicación a eso se ve envuelta en una pesadilla, todo esto provocado por antiguos ritos satánicos de su marido, el cual había sido seducido por Eva, la mejor amiga de Dolores, mediante un brebaje. Finalmente, la “amante” es sacrificada a Nganga, dios importante de los rituales, pero su presencia sigue flotando en el ambiente.
Dolores sigue atormentada, por lo que recurre a una vidente con el fin de ser ayudada; además, un psiquiatra también le entra al baile, ayudando a descifrar a Dolores el enigma de su marido (por aquello de “dólares para una ganga”) y de paso salvar el pellejo. Ojo, fans de Ernesto Alonso: ni las luces de Enrique de Martino.
Este breve resumen cantinflesco de la trama de la película no es con el fin de enterrarla, al contrario, sirve para más o menos estar enterado de lo que se espera (o mejor dicho, de lo que el espectador debe esperar de la película). Empecemos por las actuaciones: Susana Zabaleta está suculenta en su papel (hey, mal pensado... al decir suculenta me refiero a lo bien actuado, no a lo otro, que de paso y como no queriendo la cosa también lo afirmo). La damita logra imprimir el toque de sensualidad necesario para un personaje como Dolores, además de mostrar miedo cuando debe mostrarlo, sin caer en el pastelazo o la sobreactuación que a todos nos cae en el hígado. Inocencia, cachondez y pasividad quedan incubados en la protagonista de manera creíble.
Un aplauso merece también Alejandro Tomassi. Conserva su fama de villano “hijo de la *&$%}´!”, pero que ataca “bajita la mano... y por la espalda”. Mantiene buen ritmo durante toda la cinta, y no recurre a los trucos marca villano reventón a la hora de sacrificar a Dolores.
Delia Casanova interpreta a una vidente de verdad, dejando en el más soberano de los ridículos a “la Paca”; es parte esencial de la trama, a pesar de ser... mmhhh, personaje “secundario”, algo así como el enlace entre los personajes. El personaje que pudo tener un poquito más de peso es el de Ricardo Blume, quien interpreta al psiquiatra de Dolores. Sí, logra descifrar el misterio y salva el pellejo de la Zabaleta, pero pudo figurar más.
Buen logro el de Daniel Gruener, primerizo en estas lides de la dirección cinematográfica. El manejo de cámaras es muy bueno; la fotografía está inmejorable (toques tétricos donde deben estar); las actuaciones son creíbles, ¡hombre!, hasta lo cachondo está bien tratado.
Aunque... por ahí se le escaparon un par de detalles: el consultorio de Blume parece la terminal de Alex Winter y Keanu Reeves en «Bill and Ted’s Bogus Journey», aaaghhh!!!!, ahí se les patino y feo. Otro detallito es que abusaron (y por mucho) del “flashback”. Esta bien, se vale para justificar la historia y/o ubicar al espectador dentro de la trama; pero lo que no se vale es pasarse con ese recurso porque se corre el riesgo de confundir “la gimnasia con la magnesia”, cuyo resultado es un churrote (y no es albur).
Premios aquí, allá y acullá, todos bien merecidos. Al fin Dios mío, parece que por fin te acordaste del cine mexicano y vuelven las producciones “de a deveras”.
Surge desde las primeras películas del francés George Meliés, quien fue el primero en utilizar trucos como sobre -impresiones, doble exposición y substitución para crear una situación inverosímil que cautivaba a un público cada vez mayor.
Este tipo de cine se divide en dos bloques básicos: cine de horror y de ciencia-ficción.
HORROR
Narra lo que ocurre cuando lo normal es amenazado por lo anormal, que puede ser cualquier cosa: demonios, monstruos, zombis, asesinos psicópatas, animales reales o imaginarios.
Hay quien dice que si el cine se compara con frecuencia con el sueño, el de horror es el equivalente a la pesadilla. Sociológicamente es interesante comprobar como los miedos de una sociedad se reflejan en este cine, causando un impacto inmediato y reacciones visibles en los espectadores.
Los pioneros del género nacieron en Alemania, y fueron: Henrik Galeen con «El Goleem» (1914); Robert Wiene con «El Gabinete del Dr. Caligari» (1919), y Friedrich Wilhelm Murnau con «Nosferatu», de 1922.
En Estados Unidos los primeros en cultivar el cine de horror fueron:
JAMES WHALE: «Frankenstein» (1931); «La Novia de Frankenstein» (1935).
TOD BROWNING: «Garras Humanas» (1927); «La Casa del Horror» (1927); «Drácula» (1931); «La Parada de los Monstruos» (1932);
«Muñecos Infernales» (1936).
EDGAR GEORGE ULMER: «Satanás» (1934).
Los actores representativos de estos directores fueron Boris Karloff, Bela Lugosi, Lon Chaney, Claude Rains y Lon Chaney Jr.
En Inglaterra a finales de la década de los cincuenta el director Terence Fisher decidió devolverle al género su antiguo esplendor reviviendo los olvidados mitos de Drácula y Frankenstein. Con la compañía "Hammer Films", este director lanzó a la fama a los actores Peter Cushing y Christopher Lee.
Los títulos más representativos de la llamada "escuela inglesa" son:
«La Maldición de Frankenstein» (1957).
«Drácula» (1958).
«La Venganza de Frankenstein» (1958).
«Las Novias de Drácula» (1963).
«Drácula, Príncipe de las Tinieblas» (1965).
«El Cerebro de Frankenstein» (1969).
Por otra parte, el cine italiano creó también un estilo muy peculiar y propio para el género del horror. Tres nombres resultan fundamentales:
MARIO BAVA: «La Máscara del Demonio» (1960); «Las Tres Caras del Miedo» (1963); «Terror en el Espacio» (1965).
RICCARDO FREDA: «Lo Spettro» (1963); «El Terrible Secreto del Dr. Hichcock» (1962).
DARIO ARGENTO: «El Gato de las Nueve Colas» (1970); «Rojo Profundo» (1975); «Alarido» (1977).
En las dos últimas décadas el cine de horror sigue varias coordenadas fácilmente identificables.
GORE-TERROR
Se refiere al cine de extrema violencia y sangre, casi exclusivamente para espectadores masoquistas. El modelo fue «Masacre en Texas» (1974), del director Tobe Hooper; y los grandes éxitos se llamaron «Viernes 13», de Steve Miner y «Pesadilla en la Calle del Infierno», de Wes Craven.
Ejemplos:
«Masacre en Texas 1 y 2», Tobe Hopper, 1974, 1986.
La serie «Viernes 13».
«Halloween», John Carpenter, 1978.
La serie «Pesadilla en la Calle del Infierno».
«La Noche de los Muertos Vivientes», George A. Romero, 1968.
«Del Crepúsculo al Amanecer», Robert Rodríguez, 1995.
«Vampiros», John Carpenter, 1998.
SATANISMO
Se trata de cintas inspiradas, directa o indirectamente, en el tenebroso mundo de las posesiones satánicas, de la adoración del diablo, la proliferación de sectas y el entorno diabólico. Presentan la eterna lucha de la luz (el bien) contra las tinieblas (el mal).
Ejemplos:
La trilogía «El Exorcista», 1973, 1977, 1990.
La trilogía «La Profecía», 1976, 1978, 1981.
«El Bebé de Rosemary», Roman Polanski, 1968.
«Corazón Satánico», Alan Parker, 1987.
«Los Creyentes», John Schlesinger, 1987.
«El Príncipe de las Tinieblas», John Carpenter, 1987.
MITOS CLÁSICOS
Se refiere a la reposición de cintas como «Frankenstein», «Drácula» o «El Hombre Lobo» en producciones actuales, tomando la esencia del mito y mezclándolo con personajes y situaciones de la vida contemporánea.
Ejemplos:
«Un Hombre Lobo Americano en Londres», John Landis, 1981.
«Bram Stoker's Dracula», Francis Ford Coppola, 1992.
«Cronos (La invención de Cronos)», Guillermo del Toro, 1992.
«Lobo», Mike Nichols, 1994.
«Entrevista con el Vampiro», Neil Jordan, 1994.
«Mary Shelley's Frankenstein», Kenneth Branagh, 1994.
FANTASMAS
Se refiere al tratamiento de casos donde una o varias presencias sobrenaturales alteran la vida de una familia o persona provocando situaciones que se encuentran fuera de la comprensión humana: pueden estar basadas en hechos reales o en historias escritas especialmente para la pantalla.
Ejemplos:
La trilogía «Poltergeist», 1982, 1986, 1988.
La trilogía «Phantasma», 1979, 1988, 1993.
La serie «Amityville».
«La Niebla», John Carpenter, 1980.
«El Ente», Sidney Furie, 1983.
«La Mansión», Steve Miner, 1986.
PSICOLÓGICO
Oscila entre la nueva historia de psicópatas, muy de moda durante toda la década mezclada con el estudio de la introspección en los lados más obscuros de la mente humana.
Ejemplos:
La trilogía «Psicosis», 1960, 1983, 1986.
«El resplandor», Stanley Kubrick, 1980.
«En la Quietud de la Noche», Robert Benton, 1982.
«El Inquilino», John Schlesinger, 1990.
«Cabo de Miedo», Martin Scorsese, 1991.
«El Silencio de los Inocentes», Jonathan Demme, 1991.
“Sobrenatural”.
Por Luis Alejandro Hernández Garibay.
¿”El maleficio” strickes back?.
Bueno, por lo menos eso podría decir una que otra persona al ver avances de la película «Sobrenatural», pero, esta cinta es mucho más que un “remake” chafa de “El Maleficio” (ojo, la novela y no la película).
La historia gira alrededor de Dolores, una atractiva joven la cual sufre de alucinaciones o “visiones futuristas”. Al buscar una explicación a eso se ve envuelta en una pesadilla, todo esto provocado por antiguos ritos satánicos de su marido, el cual había sido seducido por Eva, la mejor amiga de Dolores, mediante un brebaje. Finalmente, la “amante” es sacrificada a Nganga, dios importante de los rituales, pero su presencia sigue flotando en el ambiente.
Dolores sigue atormentada, por lo que recurre a una vidente con el fin de ser ayudada; además, un psiquiatra también le entra al baile, ayudando a descifrar a Dolores el enigma de su marido (por aquello de “dólares para una ganga”) y de paso salvar el pellejo. Ojo, fans de Ernesto Alonso: ni las luces de Enrique de Martino.
Este breve resumen cantinflesco de la trama de la película no es con el fin de enterrarla, al contrario, sirve para más o menos estar enterado de lo que se espera (o mejor dicho, de lo que el espectador debe esperar de la película). Empecemos por las actuaciones: Susana Zabaleta está suculenta en su papel (hey, mal pensado... al decir suculenta me refiero a lo bien actuado, no a lo otro, que de paso y como no queriendo la cosa también lo afirmo). La damita logra imprimir el toque de sensualidad necesario para un personaje como Dolores, además de mostrar miedo cuando debe mostrarlo, sin caer en el pastelazo o la sobreactuación que a todos nos cae en el hígado. Inocencia, cachondez y pasividad quedan incubados en la protagonista de manera creíble.
Un aplauso merece también Alejandro Tomassi. Conserva su fama de villano “hijo de la *&$%}´!”, pero que ataca “bajita la mano... y por la espalda”. Mantiene buen ritmo durante toda la cinta, y no recurre a los trucos marca villano reventón a la hora de sacrificar a Dolores.
Delia Casanova interpreta a una vidente de verdad, dejando en el más soberano de los ridículos a “la Paca”; es parte esencial de la trama, a pesar de ser... mmhhh, personaje “secundario”, algo así como el enlace entre los personajes. El personaje que pudo tener un poquito más de peso es el de Ricardo Blume, quien interpreta al psiquiatra de Dolores. Sí, logra descifrar el misterio y salva el pellejo de la Zabaleta, pero pudo figurar más.
Buen logro el de Daniel Gruener, primerizo en estas lides de la dirección cinematográfica. El manejo de cámaras es muy bueno; la fotografía está inmejorable (toques tétricos donde deben estar); las actuaciones son creíbles, ¡hombre!, hasta lo cachondo está bien tratado.
Aunque... por ahí se le escaparon un par de detalles: el consultorio de Blume parece la terminal de Alex Winter y Keanu Reeves en «Bill and Ted’s Bogus Journey», aaaghhh!!!!, ahí se les patino y feo. Otro detallito es que abusaron (y por mucho) del “flashback”. Esta bien, se vale para justificar la historia y/o ubicar al espectador dentro de la trama; pero lo que no se vale es pasarse con ese recurso porque se corre el riesgo de confundir “la gimnasia con la magnesia”, cuyo resultado es un churrote (y no es albur).
Premios aquí, allá y acullá, todos bien merecidos. Al fin Dios mío, parece que por fin te acordaste del cine mexicano y vuelven las producciones “de a deveras”.
Ciencia-Ficción
Básicamente plantea la existencia de otros mundos o de un posible futuro en la Tierra. Uno de los primeros teóricos en clasificar el género de la ciencia-ficción fue el alemán Hans C. Blumenberg, quien dividió este cine en 5 bloques representativos; sin embargo, se excluían dos categorías que también forman parte muy importante del género, y que se incluyen en esta división.
INVASIÓN AL UNIVERSO
En este tipo de cintas nuestro planeta es atacado por los más diversos visitantes espaciales. El universo tal como lo conocemos está en manos de unos cuantos valientes que tendrán que luchar contra las amenazas del exterior.
Ejemplos:
La serie «Alien».
«Amenaza Oculta», Jack Sholder, 1987.
«Usurpadores de Cuerpos», Phillip Kaufman, 1978.
«La Cosa del Otro Mundo», John Carpenter, 1982.
«Extraños Invasores», Michael Laughlin, 1983.
«Misión Aliens», Graham Baker, 1988.
MONSTRUOS
Esta categoría es clásica del género del cine fantástico; presenta al hombre enfrentando a criaturas que bien pueden ser de origen terrestre, extraterrestre y en fechas recientes hasta criaturas prehistóricas (recuérdense las batallas del gran «Godzilla», Honda, 1956-1969), con la firma del "rey midas" de Hollywood, Steven Spielberg.
Ejemplos:
La serie «Tiburón», 1975, 1978, 1983, 1987.
«Los Pájaros», Alfred Hitchcock, 1963.
«King Kong», John Guillermin, 1976.
«Piraña», Joe Dante, 1978.
«Depredador», John McTiernan, 1987.
«Parque Jurásico», Steven Spielberg, 1993.
«Godzilla», Roland Emerich, 1998.
APOCALÍPSIS INMINENTE
Este tipo de cintas abordan los temores del ser humano acerca de la destrucción, del holocausto provocado por la sobrepoblación, el dominio de las superpotencias y la guerra química o nuclear. Por lo general presentan una visión poco alentadora de un futuro posible en la Tierra.
Ejemplos:
«Límite de Seguridad», Sidney Lumet, 1964.
«Síndrome de China», James Bridges, 1979.
«Testamento», Lynne Littman, 1983.
«El Caso Silkwood», Mike Nichols, 1983.
«Señal de Alerta», Hal Barwood, 1985.
«La Séptima Profecía», Carl Schultz, 1988.
VIAJES AL ESPACIO
Salvo excepciones, la mentalidad extraterrestre había sido imaginada en términos muy simples: OVNIS que atacan a la Tierra para someter a los terrícolas, hasta que en 1968 llegó «2001: Odisea del Espacio», del director Stanley Kubrick, presentándonos otra forma de ver la vida en el espacio.
En las últimas décadas dicho género ha presentado viajes espaciales de todo tipo, incluso a través del tiempo («Enviados al Futuro», Stewart Raffill, 1984) y por el cuerpo humano («Viaje Insólito», Joe Dante, 1987); así como contactos con culturas de planetas distantes. Los representantes indiscutibles de este género son Steven Spielberg, George Lucas y Robert Zemeckis.
Ejemplos:
La serie «Viaje a las Estrellas».
La trilogía «Volver al Futuro», Robert Zemeckis, 1985, 1989, 1990.
«El Planeta de los Simios», Franklin Schaffner, 1968.
«Encuentros Cercanos del Tercer Tipo», Steven Spielberg, 1977.
«E.T. El Extraterrestre», Steven Spielberg, 1982.
«Starman», John Carpenter, 1984.
«Contacto», Robert Zemeckis, 1996.
FUTURO PROHIBIDO
Es la representación pesimista de la sociedad en el futuro, donde se presenta al hombre como susceptible de sucumbir ante su propia tecnología, o en un posible retorno a la barbarie como consecuencia de la guerra nuclear o de otra catástrofe.
Ejemplos:
La trilogía «Mad Max», George Miller, 1980, 1982, 1985.
«Metrópolis», Fritz Lang, 1926-27.
«1997: Escape de Nueva York», John Carpenter, 1981.
«Blade Runner», Ridley Scott, 1982.
«La Fortaleza», Stuart Gordon, 1992.
«2024: Escape de Los Ángeles», John Carpenter, 1995.
MAGIA Y ESPADA
El llamado cine de magia y espada también es una vertiente del cine fantástico, aunque hay quienes lo catalogan en el género de época, dada su frecuente ubicación en la edad media.
Este tipo de películas relatan leyendas o pasajes del medievo enmarcadas por la magia y los enfrentamientos entre las fuerzas del bien y del mal por el control de los pueblos.
Ejemplos:
La saga «La Guerra de las Galaxias», 1977, 1980, 1983, 1999, 2002, 2005.
La trilogía «Highlander», 1986, 1991, 1994.
«Excalibur», John Boorman, 1981.
«La Espada y el Hechicero», Albert Pyun, 1982.
«Ladyhawk», Richard Donner, 1985.
«Willow», Ron Howard, 1988.
SUPERHÉROES
Nacieron en las tiras cómicas dominicales, de donde pasaron a la televisión (algunos) y al cine.
Su éxito cinematográfico es el reflejo de un deseo de paz y justicia de parte de la sociedad, y por eso no es raro que surjan en momentos de crisis, como un último asidero en un mundo que busca un héroe, un modelo a seguir.
Durante generaciones el nombre y las hazañas de los grandes héroes como Superman, Batman, Dick Tracy y muchos otros, fueron conocidos solamente a través de los periódicos, y en décadas posteriores por la radio y la televisión, sin embargo, es en la década de los setenta cuando los grandes estudios de Hollywood comenzaron a fijarse en estos personajes inaugurando toda una corriente cinematográfica.
Ejemplos:
La serie «Superman».
La serie «Batman».
«Flash Gordon», Mike Hodges, 1980.
«Dick Tracy», Warren Beatty, 1990.
«Rocketeer», Joe Johnson, 1991.
«La Sombra», Russell Mulcahy, 1994.
«Blade», Stephen Norrington, 1997.
“Enemigo Mío”. Una lección de filosofía interplanetaria.
Por Raúl Mayo Castro.
A finales de la década de los sesenta y mediados de los años setenta, el cine de ciencia-ficción decaía tras agotar su avatar de clásicos de horror a través de la galería de monstruos y personajes míticos como Frankenstein y Drácula, salvo contadas excepciones como «2001: Odisea del Espacio (2001: A Space Odyssey)», dirigida por Stanley Kubrick y «El Planeta de los Simios (The Planet of the Apes)», de Franklin Schaffner, ambas dirigidas en 1968. El incipiente manejo de los efectos especiales no se conocía como industria, y en ese contexto irrumpe George Lucas con la exhibición de «La Guerra de las Galaxias (Star Wars: A New Hope)» en 1977, llenando el celuloide de implicaciones futuristas, naves espaciales, seres extraterrestres y de la singular contienda por la conquista de otros planetas.
La veta del futurismo espacial quedó abierta para ser explorada por otras producciones como «Galáctica: Astronave de Combate (Battlestar Galáctica, Richard A. Colla, 1979)», «El Abismo Negro (The Black Hole, Gary Nelson, 1979)», «Viaje a las Estrellas (Star Trek: The Motion Picture, Robert Wise, 1979)» y «Krull (Peter Yates, 1983)», sólo por mencionar algunos de los títulos que se avenían al recién descubierto panorama. La cinta «Enemigo Mío (Enemy Mine)» del año 1985 es tal vez una variante de toda esa gama visionaria del cosmos, donde el director alemán Wolfgang Petersen presenta una especie de filosofía interplanetaria a través de dos personajes aparentemente opuestos, que finalmente se encuentran agobiados por la misma problemática existencial.
La trama de esta producción plantea la disputa aérea de dos pilotos en líneas enemigas que por azares del frente de combate caen en un planeta desierto teniendo ambos la necesidad de hacer equipo antes de perecer en la lucha por la supervivencia. Las actuaciones de Dennis Quaid en su papel de terrícola y de Louis Gossett Jr. como un extraterrestre de apariencia reptilesca resultan absolutamente verosímiles, al profundizar ambos en la naturaleza intrínseca de los seres e ir más allá de cuestiones raciales o del aspecto exterior de los entes.
La fotografía a cargo de Tony Imi es un contraste de imágenes que atrapan en su panorama el convulsionado campo visual, apoyado en efectos especiales de la casa Industrial Light & Magic, propiedad de George Lucas, y en conceptos escenográficos que presentan de tiempo en tiempo la desolación de un hábitat caracterizado por la lluvia de meteoros y los colores violetas y grisáceos de su ambientación.
«Enemigo Mío» guarda, ante todo, una serie de resquemores por el futurismo, sugiere a la conciencia cinematográfica la llave para asimilar los cambios a través de la universalidad de sentimientos, y el imperativo de supervivencia que siempre se impone como rasgo primitivo de identificación y de unidad en los seres vivos.
Básicamente plantea la existencia de otros mundos o de un posible futuro en la Tierra. Uno de los primeros teóricos en clasificar el género de la ciencia-ficción fue el alemán Hans C. Blumenberg, quien dividió este cine en 5 bloques representativos; sin embargo, se excluían dos categorías que también forman parte muy importante del género, y que se incluyen en esta división.
INVASIÓN AL UNIVERSO
En este tipo de cintas nuestro planeta es atacado por los más diversos visitantes espaciales. El universo tal como lo conocemos está en manos de unos cuantos valientes que tendrán que luchar contra las amenazas del exterior.
Ejemplos:
La serie «Alien».
«Amenaza Oculta», Jack Sholder, 1987.
«Usurpadores de Cuerpos», Phillip Kaufman, 1978.
«La Cosa del Otro Mundo», John Carpenter, 1982.
«Extraños Invasores», Michael Laughlin, 1983.
«Misión Aliens», Graham Baker, 1988.
MONSTRUOS
Esta categoría es clásica del género del cine fantástico; presenta al hombre enfrentando a criaturas que bien pueden ser de origen terrestre, extraterrestre y en fechas recientes hasta criaturas prehistóricas (recuérdense las batallas del gran «Godzilla», Honda, 1956-1969), con la firma del "rey midas" de Hollywood, Steven Spielberg.
Ejemplos:
La serie «Tiburón», 1975, 1978, 1983, 1987.
«Los Pájaros», Alfred Hitchcock, 1963.
«King Kong», John Guillermin, 1976.
«Piraña», Joe Dante, 1978.
«Depredador», John McTiernan, 1987.
«Parque Jurásico», Steven Spielberg, 1993.
«Godzilla», Roland Emerich, 1998.
APOCALÍPSIS INMINENTE
Este tipo de cintas abordan los temores del ser humano acerca de la destrucción, del holocausto provocado por la sobrepoblación, el dominio de las superpotencias y la guerra química o nuclear. Por lo general presentan una visión poco alentadora de un futuro posible en la Tierra.
Ejemplos:
«Límite de Seguridad», Sidney Lumet, 1964.
«Síndrome de China», James Bridges, 1979.
«Testamento», Lynne Littman, 1983.
«El Caso Silkwood», Mike Nichols, 1983.
«Señal de Alerta», Hal Barwood, 1985.
«La Séptima Profecía», Carl Schultz, 1988.
VIAJES AL ESPACIO
Salvo excepciones, la mentalidad extraterrestre había sido imaginada en términos muy simples: OVNIS que atacan a la Tierra para someter a los terrícolas, hasta que en 1968 llegó «2001: Odisea del Espacio», del director Stanley Kubrick, presentándonos otra forma de ver la vida en el espacio.
En las últimas décadas dicho género ha presentado viajes espaciales de todo tipo, incluso a través del tiempo («Enviados al Futuro», Stewart Raffill, 1984) y por el cuerpo humano («Viaje Insólito», Joe Dante, 1987); así como contactos con culturas de planetas distantes. Los representantes indiscutibles de este género son Steven Spielberg, George Lucas y Robert Zemeckis.
Ejemplos:
La serie «Viaje a las Estrellas».
La trilogía «Volver al Futuro», Robert Zemeckis, 1985, 1989, 1990.
«El Planeta de los Simios», Franklin Schaffner, 1968.
«Encuentros Cercanos del Tercer Tipo», Steven Spielberg, 1977.
«E.T. El Extraterrestre», Steven Spielberg, 1982.
«Starman», John Carpenter, 1984.
«Contacto», Robert Zemeckis, 1996.
FUTURO PROHIBIDO
Es la representación pesimista de la sociedad en el futuro, donde se presenta al hombre como susceptible de sucumbir ante su propia tecnología, o en un posible retorno a la barbarie como consecuencia de la guerra nuclear o de otra catástrofe.
Ejemplos:
La trilogía «Mad Max», George Miller, 1980, 1982, 1985.
«Metrópolis», Fritz Lang, 1926-27.
«1997: Escape de Nueva York», John Carpenter, 1981.
«Blade Runner», Ridley Scott, 1982.
«La Fortaleza», Stuart Gordon, 1992.
«2024: Escape de Los Ángeles», John Carpenter, 1995.
MAGIA Y ESPADA
El llamado cine de magia y espada también es una vertiente del cine fantástico, aunque hay quienes lo catalogan en el género de época, dada su frecuente ubicación en la edad media.
Este tipo de películas relatan leyendas o pasajes del medievo enmarcadas por la magia y los enfrentamientos entre las fuerzas del bien y del mal por el control de los pueblos.
Ejemplos:
La saga «La Guerra de las Galaxias», 1977, 1980, 1983, 1999, 2002, 2005.
La trilogía «Highlander», 1986, 1991, 1994.
«Excalibur», John Boorman, 1981.
«La Espada y el Hechicero», Albert Pyun, 1982.
«Ladyhawk», Richard Donner, 1985.
«Willow», Ron Howard, 1988.
SUPERHÉROES
Nacieron en las tiras cómicas dominicales, de donde pasaron a la televisión (algunos) y al cine.
Su éxito cinematográfico es el reflejo de un deseo de paz y justicia de parte de la sociedad, y por eso no es raro que surjan en momentos de crisis, como un último asidero en un mundo que busca un héroe, un modelo a seguir.
Durante generaciones el nombre y las hazañas de los grandes héroes como Superman, Batman, Dick Tracy y muchos otros, fueron conocidos solamente a través de los periódicos, y en décadas posteriores por la radio y la televisión, sin embargo, es en la década de los setenta cuando los grandes estudios de Hollywood comenzaron a fijarse en estos personajes inaugurando toda una corriente cinematográfica.
Ejemplos:
La serie «Superman».
La serie «Batman».
«Flash Gordon», Mike Hodges, 1980.
«Dick Tracy», Warren Beatty, 1990.
«Rocketeer», Joe Johnson, 1991.
«La Sombra», Russell Mulcahy, 1994.
«Blade», Stephen Norrington, 1997.
“Enemigo Mío”. Una lección de filosofía interplanetaria.
Por Raúl Mayo Castro.
A finales de la década de los sesenta y mediados de los años setenta, el cine de ciencia-ficción decaía tras agotar su avatar de clásicos de horror a través de la galería de monstruos y personajes míticos como Frankenstein y Drácula, salvo contadas excepciones como «2001: Odisea del Espacio (2001: A Space Odyssey)», dirigida por Stanley Kubrick y «El Planeta de los Simios (The Planet of the Apes)», de Franklin Schaffner, ambas dirigidas en 1968. El incipiente manejo de los efectos especiales no se conocía como industria, y en ese contexto irrumpe George Lucas con la exhibición de «La Guerra de las Galaxias (Star Wars: A New Hope)» en 1977, llenando el celuloide de implicaciones futuristas, naves espaciales, seres extraterrestres y de la singular contienda por la conquista de otros planetas.
La veta del futurismo espacial quedó abierta para ser explorada por otras producciones como «Galáctica: Astronave de Combate (Battlestar Galáctica, Richard A. Colla, 1979)», «El Abismo Negro (The Black Hole, Gary Nelson, 1979)», «Viaje a las Estrellas (Star Trek: The Motion Picture, Robert Wise, 1979)» y «Krull (Peter Yates, 1983)», sólo por mencionar algunos de los títulos que se avenían al recién descubierto panorama. La cinta «Enemigo Mío (Enemy Mine)» del año 1985 es tal vez una variante de toda esa gama visionaria del cosmos, donde el director alemán Wolfgang Petersen presenta una especie de filosofía interplanetaria a través de dos personajes aparentemente opuestos, que finalmente se encuentran agobiados por la misma problemática existencial.
La trama de esta producción plantea la disputa aérea de dos pilotos en líneas enemigas que por azares del frente de combate caen en un planeta desierto teniendo ambos la necesidad de hacer equipo antes de perecer en la lucha por la supervivencia. Las actuaciones de Dennis Quaid en su papel de terrícola y de Louis Gossett Jr. como un extraterrestre de apariencia reptilesca resultan absolutamente verosímiles, al profundizar ambos en la naturaleza intrínseca de los seres e ir más allá de cuestiones raciales o del aspecto exterior de los entes.
La fotografía a cargo de Tony Imi es un contraste de imágenes que atrapan en su panorama el convulsionado campo visual, apoyado en efectos especiales de la casa Industrial Light & Magic, propiedad de George Lucas, y en conceptos escenográficos que presentan de tiempo en tiempo la desolación de un hábitat caracterizado por la lluvia de meteoros y los colores violetas y grisáceos de su ambientación.
«Enemigo Mío» guarda, ante todo, una serie de resquemores por el futurismo, sugiere a la conciencia cinematográfica la llave para asimilar los cambios a través de la universalidad de sentimientos, y el imperativo de supervivencia que siempre se impone como rasgo primitivo de identificación y de unidad en los seres vivos.
MUSICAL
Este género surge en el año de 1927, cuando los estudios Warner Brothers inauguran el cine sonoro musical con la producción «El Cantante de Jazz» (The Jazz Singer).
En el cine mudo la música es un elemento de amenización ajeno a la imagen, aunque también ayuda a concentrar al espectador en ella. En sus inicios incluso era interpretada en directo dentro de la sala mientras se proyectaba la película.
Así, desde el comienzo lo cómico o lo trágico de una secuencia empezaba a depender no sólo de la interpretación de los actores, sino también del estado de ánimo que la música generaba en el espectador. Se empezaba a adivinar el juego que podía brindar una adecuada musicalización.
A partir del cine sonoro la música sirve con mayor eficacia a este arte: ya no es un elemento externo de entretenimiento o un substituto del diálogo, sino que se integra como parte fundamental de la película.
Actualmente este género ha caído un poco en el olvido, sin embargo, aún se conserva en el gusto del público y los grandes intérpretes del musical van siendo descubiertos poco a poco por las nuevas generaciones.
Este género se divide en seis categorías, representativas por sí solas de diferentes generaciones.
CLÁSICOS
Comprende las cintas filmadas a finales de la década de los treinta y la década posterior, cuando surgen figuras como Fred Astaire y Ginger Rogers dirigidas por el coreógrafo y director Busby Berkeley. A partir de los cuarenta la compañía Metro Goldwyn Mayer se convierte en la principal productora de musicales.
Ejemplos:
«Sombrero de Copa», Mark Sandrich, 1935.
«Roberta», William A. Seiter, 1935.
«Bodas Reales», Stanley Donen, 1951.
«Cantando bajo la Lluvia», Gene Kelly-Stanley Donen, 1952.
«Mi Bella Dama», George Cukor, 1964.
«La Novicia Rebelde», Robert Wise, 1965.
BROADWAY
Después de la "década de oro" del cine musical proporcionada por la MGM. en los cincuenta, los productores de Hollywood fijaron su atención en los escenarios teatrales de Broadway adaptando los éxitos multimillonarios del teatro a fastuosas producciones cinematográficas. Los éxitos alcanzados fueron notables.
Ejemplos:
«Amor sin Barreras», Robert Wise-Jerome Robins, 1961.
«¿Qué tal Dolly?», Gene Kelly, 1969.
«Violinista en el Tejado», Norman Jewison, 1971.
«El Mago», Sidney Lumet, 1978.
«El Show debe Seguir», Bob Fosse, 1979.
«A Chorus Line», Richard Attenborough, 1985.
COREOGRÁFICOS
Surge a mediados de la década de los setenta y por lo general se enfoca sólo a aquellas cintas en las que el baile y las canciones son una parte intrínseca de la trama. Este tipo de películas reflejan los sueños e inquietudes de la juventud a través de la música, por eso no es raro que cada una de estas producciones sea un éxito de taquilla asegurado.
Ejemplos:
«Fiebre de Sábado por la Noche», John Badham, 1977.
«Vaselina», Randal Kleiser, 1978.
«Fama», Alan Parker, 1980.
«Flasdance», Adrian Lyne, 1983.
«Footloose», Herbert Ross, 1984.
«Dirty Dancing», Emile Ardolino, 1987.
«Baila Conmigo», Randa Haines, 1998.
«Studio 54», Mark Christopher, 1998.
JUVENIL
Desde el afianzamiento del rock and roll y los grupos juveniles surgió una nueva modalidad en el cine musical: el musical juvenil, que ha servido (en muchos casos) de vehículo a sus estrellas. Ejemplo de esto son los casos de Elvis Presley en los Estados Unidos y The Beatles en Inglaterra.
Ejemplos:
«La Noche de un Día Difícil» (The Beatles), Richard Lester, 1964.
«La Canción es la Misma» (Led Zeppelin), Peter Clifton-Joe Massot, 1976.
«Pink Floyd: The Wall» (Pink Floyd), Alan Parker, 1982.
«Lluvia Púrpura» (Prince), Albert Magnoli, 1984.
«U2-Rattle and Hum» (U2), Phil Joanou, 1988.
«Get Back» (Paul McCartney), Richard Lester, 1991
ÓPERA-ROCK
Surge como respuesta de los grupos como The Who a su principal competencia: la música disco (The Bee Gees, Tavares, Yvonne Elliman). Aunque su vigencia en el firmamento fílmico resultó efímera sus obras son consideradas como "de culto".
Ejemplos:
«Jesucristo Superestrella», Norman Jewison, 1973.
«El Fantasma del Paraíso», Brian de Palma, 1974.
«Lisztomanía», Ken Russell, 1975.
«Tommy», Ken Russell, 1975.
«El Show de Terror de Rocky», Jim Sharman, 1975.
«Hair», Milos Forman, 1979.
«Evita», Alan Parker, 1996.
CULTURAL
Se refiere a la filmación de las grandes óperas en producciones magistrales y muy poco vistas en los circuitos comerciales (por desgracia). Su valor artístico y cultural es incuestionable.
Ejemplos:
«La Flauta Mágica», Ingmar Bergman, 1974.
«Don Juan», Joseph Losey, 1979.
«Carmen», Carlos Saura, 1983.
«La Bella Durmiente», Y. Grigorivich-S. Fujjii, 1989.
«Iván el Terrible», Y. Grigorivich-M. Sakaguchi, 1990.
«La Traviata», Franco Zeffirelli, 1992.
“Fiebre de Sábado por la Noche”. El retrato de una época.
Por Raúl Mayo Castro.
Si una realización fílmica trasciende a niveles tan diversos de la sociedad generando modismos, estilos de baile, modas, música prototipo y hasta áreas de esparcimiento alternativas, es obvio que nos estamos refiriendo a un concepto de orden generacional. Los adolescentes y jóvenes de las postrimerías de los años setenta saben que hacemos alusión a «Fiebre de Sábado por la Noche (Saturday Night Fever, John Badham, 1977)», y seguramente se remontan a sus años de euforia por las fiestas “disco”, a los pasos de John Travolta y las melodías de los Bee Gees.
El género musical en el ámbito cinematográfico no había sido conmocionado a tal grado desde las primeras producciones rocanroleras de Elvis Presley y el rock pop británico de Los Beatles; el celuloide a través de «Fiebre de Sábado por la Noche» aportó un aire nuevo a las realizaciones musicales, demostrando que más allá del manejo de vestuario y buenas coreografías es imprescindible un buen argumento para involucrar a los jóvenes y sus vicisitudes generacionales.
La historia recurre a los barrios de Brooklyn como escenario, donde un grupo de amigos encabezados por Tony Manero (John Travolta), acuden cada fin de semana a la discotheque “2001”, sitio propicio para el explaye juvenil y la interacción de sus diversas problemáticas. Travolta tiene en esta cinta su primera intervención cinematográfica que le valió ser nominado para el “Oscar” como mejor actor, situación que lo llevó a los primeros planos del histrionismo mundial; por su parte Karen Lynn Gourney, quien interpreta a Stephanie Mangano, pareja de Tony en la discotheque prácticamente no trascendió, y más adelante no se conoció de ella alguna otra participación estelar.
La música original de esta cinta estuvo en manos de los Bee Gees (Barry, Robin y Maurice Gibb), quienes revolucionaron el concepto musical de su época con temas como “Qué tan grande es tu amor (How deep is your love)”, “Sobreviviendo (Staying Alive)”, “Más que una mujer (More than a woman)” y por supuesto “Fiebre nocturna (Night fever)”; cabe mencionar que aquí en nuestro país ya se habían popularizado algunas de estas melodías antes del estreno de la cinta.
Tal es el cuidado de las películas musicales en renglones sonoros y coreográficos de sus producciones, que por lo regular se pierden aspectos vitales como el reforzamiento de la trama y la verosimilitud de la historia; «Fiebre de Sábado por la Noche» dista de ser un tema intrascendente en el que la popularidad y el carisma siempre tienen la última palabra. Tony Manero es un ser humano con profundos conflictos internos como cualquier otro, y su afición por la música y su estilo de bailar de ninguna manera le garantizan el éxito en la vida, este hecho es un acierto en la temática planteada por el guionista Nick Cohn, quien hace destacar las preferencias juveniles en contraposición con las desavenencias de la existencia y el anhelo latente de superación.
Este género surge en el año de 1927, cuando los estudios Warner Brothers inauguran el cine sonoro musical con la producción «El Cantante de Jazz» (The Jazz Singer).
En el cine mudo la música es un elemento de amenización ajeno a la imagen, aunque también ayuda a concentrar al espectador en ella. En sus inicios incluso era interpretada en directo dentro de la sala mientras se proyectaba la película.
Así, desde el comienzo lo cómico o lo trágico de una secuencia empezaba a depender no sólo de la interpretación de los actores, sino también del estado de ánimo que la música generaba en el espectador. Se empezaba a adivinar el juego que podía brindar una adecuada musicalización.
A partir del cine sonoro la música sirve con mayor eficacia a este arte: ya no es un elemento externo de entretenimiento o un substituto del diálogo, sino que se integra como parte fundamental de la película.
Actualmente este género ha caído un poco en el olvido, sin embargo, aún se conserva en el gusto del público y los grandes intérpretes del musical van siendo descubiertos poco a poco por las nuevas generaciones.
Este género se divide en seis categorías, representativas por sí solas de diferentes generaciones.
CLÁSICOS
Comprende las cintas filmadas a finales de la década de los treinta y la década posterior, cuando surgen figuras como Fred Astaire y Ginger Rogers dirigidas por el coreógrafo y director Busby Berkeley. A partir de los cuarenta la compañía Metro Goldwyn Mayer se convierte en la principal productora de musicales.
Ejemplos:
«Sombrero de Copa», Mark Sandrich, 1935.
«Roberta», William A. Seiter, 1935.
«Bodas Reales», Stanley Donen, 1951.
«Cantando bajo la Lluvia», Gene Kelly-Stanley Donen, 1952.
«Mi Bella Dama», George Cukor, 1964.
«La Novicia Rebelde», Robert Wise, 1965.
BROADWAY
Después de la "década de oro" del cine musical proporcionada por la MGM. en los cincuenta, los productores de Hollywood fijaron su atención en los escenarios teatrales de Broadway adaptando los éxitos multimillonarios del teatro a fastuosas producciones cinematográficas. Los éxitos alcanzados fueron notables.
Ejemplos:
«Amor sin Barreras», Robert Wise-Jerome Robins, 1961.
«¿Qué tal Dolly?», Gene Kelly, 1969.
«Violinista en el Tejado», Norman Jewison, 1971.
«El Mago», Sidney Lumet, 1978.
«El Show debe Seguir», Bob Fosse, 1979.
«A Chorus Line», Richard Attenborough, 1985.
COREOGRÁFICOS
Surge a mediados de la década de los setenta y por lo general se enfoca sólo a aquellas cintas en las que el baile y las canciones son una parte intrínseca de la trama. Este tipo de películas reflejan los sueños e inquietudes de la juventud a través de la música, por eso no es raro que cada una de estas producciones sea un éxito de taquilla asegurado.
Ejemplos:
«Fiebre de Sábado por la Noche», John Badham, 1977.
«Vaselina», Randal Kleiser, 1978.
«Fama», Alan Parker, 1980.
«Flasdance», Adrian Lyne, 1983.
«Footloose», Herbert Ross, 1984.
«Dirty Dancing», Emile Ardolino, 1987.
«Baila Conmigo», Randa Haines, 1998.
«Studio 54», Mark Christopher, 1998.
JUVENIL
Desde el afianzamiento del rock and roll y los grupos juveniles surgió una nueva modalidad en el cine musical: el musical juvenil, que ha servido (en muchos casos) de vehículo a sus estrellas. Ejemplo de esto son los casos de Elvis Presley en los Estados Unidos y The Beatles en Inglaterra.
Ejemplos:
«La Noche de un Día Difícil» (The Beatles), Richard Lester, 1964.
«La Canción es la Misma» (Led Zeppelin), Peter Clifton-Joe Massot, 1976.
«Pink Floyd: The Wall» (Pink Floyd), Alan Parker, 1982.
«Lluvia Púrpura» (Prince), Albert Magnoli, 1984.
«U2-Rattle and Hum» (U2), Phil Joanou, 1988.
«Get Back» (Paul McCartney), Richard Lester, 1991
ÓPERA-ROCK
Surge como respuesta de los grupos como The Who a su principal competencia: la música disco (The Bee Gees, Tavares, Yvonne Elliman). Aunque su vigencia en el firmamento fílmico resultó efímera sus obras son consideradas como "de culto".
Ejemplos:
«Jesucristo Superestrella», Norman Jewison, 1973.
«El Fantasma del Paraíso», Brian de Palma, 1974.
«Lisztomanía», Ken Russell, 1975.
«Tommy», Ken Russell, 1975.
«El Show de Terror de Rocky», Jim Sharman, 1975.
«Hair», Milos Forman, 1979.
«Evita», Alan Parker, 1996.
CULTURAL
Se refiere a la filmación de las grandes óperas en producciones magistrales y muy poco vistas en los circuitos comerciales (por desgracia). Su valor artístico y cultural es incuestionable.
Ejemplos:
«La Flauta Mágica», Ingmar Bergman, 1974.
«Don Juan», Joseph Losey, 1979.
«Carmen», Carlos Saura, 1983.
«La Bella Durmiente», Y. Grigorivich-S. Fujjii, 1989.
«Iván el Terrible», Y. Grigorivich-M. Sakaguchi, 1990.
«La Traviata», Franco Zeffirelli, 1992.
“Fiebre de Sábado por la Noche”. El retrato de una época.
Por Raúl Mayo Castro.
Si una realización fílmica trasciende a niveles tan diversos de la sociedad generando modismos, estilos de baile, modas, música prototipo y hasta áreas de esparcimiento alternativas, es obvio que nos estamos refiriendo a un concepto de orden generacional. Los adolescentes y jóvenes de las postrimerías de los años setenta saben que hacemos alusión a «Fiebre de Sábado por la Noche (Saturday Night Fever, John Badham, 1977)», y seguramente se remontan a sus años de euforia por las fiestas “disco”, a los pasos de John Travolta y las melodías de los Bee Gees.
El género musical en el ámbito cinematográfico no había sido conmocionado a tal grado desde las primeras producciones rocanroleras de Elvis Presley y el rock pop británico de Los Beatles; el celuloide a través de «Fiebre de Sábado por la Noche» aportó un aire nuevo a las realizaciones musicales, demostrando que más allá del manejo de vestuario y buenas coreografías es imprescindible un buen argumento para involucrar a los jóvenes y sus vicisitudes generacionales.
La historia recurre a los barrios de Brooklyn como escenario, donde un grupo de amigos encabezados por Tony Manero (John Travolta), acuden cada fin de semana a la discotheque “2001”, sitio propicio para el explaye juvenil y la interacción de sus diversas problemáticas. Travolta tiene en esta cinta su primera intervención cinematográfica que le valió ser nominado para el “Oscar” como mejor actor, situación que lo llevó a los primeros planos del histrionismo mundial; por su parte Karen Lynn Gourney, quien interpreta a Stephanie Mangano, pareja de Tony en la discotheque prácticamente no trascendió, y más adelante no se conoció de ella alguna otra participación estelar.
La música original de esta cinta estuvo en manos de los Bee Gees (Barry, Robin y Maurice Gibb), quienes revolucionaron el concepto musical de su época con temas como “Qué tan grande es tu amor (How deep is your love)”, “Sobreviviendo (Staying Alive)”, “Más que una mujer (More than a woman)” y por supuesto “Fiebre nocturna (Night fever)”; cabe mencionar que aquí en nuestro país ya se habían popularizado algunas de estas melodías antes del estreno de la cinta.
Tal es el cuidado de las películas musicales en renglones sonoros y coreográficos de sus producciones, que por lo regular se pierden aspectos vitales como el reforzamiento de la trama y la verosimilitud de la historia; «Fiebre de Sábado por la Noche» dista de ser un tema intrascendente en el que la popularidad y el carisma siempre tienen la última palabra. Tony Manero es un ser humano con profundos conflictos internos como cualquier otro, y su afición por la música y su estilo de bailar de ninguna manera le garantizan el éxito en la vida, este hecho es un acierto en la temática planteada por el guionista Nick Cohn, quien hace destacar las preferencias juveniles en contraposición con las desavenencias de la existencia y el anhelo latente de superación.
THRILLER
En inglés "thrill" quiere decir emoción, sin embargo el término "Thriller" no sólo se refiere a cintas emocionantes, sino llenas de suspenso y misterio que provocan una tensión mental en los espectadores. Este es el campo donde Alfred Hitchcock se ganó a pulso el sobrenombre de "el mago del suspenso", por sentar las bases y reglas que nadie ha podido igualar.
Se divide en cinco corrientes fácilmente identificables.
POLICIACO
Describe los métodos con que la policía combate al crimen; este género se ha prestado en muchas ocasiones a una tesis bastante cuestionable en la que el policía es libre de cometer cualquier acto de violencia con tal de eliminar a los delincuentes. Su representante clásico es Clint Eastwood, que hizo de su personaje Harry Callahan toda una institución dentro del cine policiaco.
Ejemplos:
«Harry el Sucio», Don Siegel, 1971.
«Los Nuevos Centuriones», Richard Fleischer, 1972.
«Magnum 44», Ted Post, 1973.
«Impacto Fulminante», Clint Eastwood, 1983.
«Punto de Quiebra», Kathryn Bigelow, 1991.
«Máxima Velocidad», Jan De Bont, 1994.
DETECTIVES
A diferencia del thriller policiaco, este tipo de cine ofrece la variante del detective que generalmente actúa al margen de la ley, y usa más sus poderes deductivos que la fuerza.
Ejemplos:
La serie «Arma Mortal», Richard Donner, 1987, 1989, 1992, 1998.
«Sin Piedad», Richard Pearce, 1986.
«Lluvia Negra», Ridley Scott, 1989.
«Prohibida Obsesión», Harold Becker, 1989.
«Sospecha Mortal», Mike Figgis, 1990.
«Volver a Morir», Kenneth Branagh, 1991.
ESPIONAJE
Su amplio espectro abarca desde las adaptaciones de escritores serios como Graham Greene, James Grady o John LeCarré, hasta el espectáculo de efectos especiales, bellas mujeres y paisajes exóticos de las cintas de James Bond, el agente 007 (Sean Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig), creación del escritor Ian Fleming.
Ejemplos:
La serie "James Bond".
«Sin Escape Alguno», Roger Donaldson, 1987.
«Espías sin Rostro», Richard Benjamin, 1988.
«Contacto en Rusia», Fred Schepisi, 1990.
«Héroes por Azar», Phil Alden Robinson, 1993.
POLÍTICO
En este tipo de películas se aplican las convenciones del género (nerviosismo, suspenso, tensión mental) a una forma de testimoniar una situación política concreta y relevante.
Ejemplos:
«Z», Costa Gavras, 1969.
«Todos los Hombres del Presidente», Alan J. Pakula, 1976.
«Desaparecido», Costa Gavras, 1982.
«Rojo Amanecer», Jorge Fons, 1990.
«A la caza del Octubre Rojo», John McTiernan, 1990.
«En el Nombre del Padre», Jim Sheridan, 1992.
ERÓTICO
Puesto de moda en la década de los ochenta, este género presenta situaciones de triángulos amorosos (por lo general) e infidelidad llevadas hasta el límite; el modelo fue «Atracción Fatal» (Adrian Lyne, 1987), y los actores representativos han sido, entre otros: Michael Douglas, Kim Basinger, Richard Gere y Sharon Stone.
Ejemplos:
«Deseo y Decepción», Phil Joanou, 1992.
«Bajos Instintos», Paul Verhoeven, 1992.
«The Crush. Pasión sin Límites», Alan Shapiro, 1993.
«Luna Amarga», Roman Polanski, 1993.
«El Color de la Noche», Richard Rush, 1994.
«La Sangre de Romeo», Peter Medak, 1994
“Marea Roja”.
Por Luis Alejandro Hernández Garibay.
Cuestión de enfoque...
Piense usted en la posibilidad de enfrentarse a un problema tamaño “caguama”: un peligro inminente para usted y su gente, que requiere de una decisión basada en la clásica teoría del “vaso medio lleno o medio vacío”..., de actuar acorde al corazón o a las vísceras. Esta encrucijada o “cuestión de escrúpulos” es presentada en «Marea Roja (Crimson Tide)».
La historia gira alrededor de dos militares: uno de la vieja guardia, interpretado por Gene Hackman, y otro joven, pero hambriento de gloria y por servir a su patria. Este último, interpretado por el cada vez más convincente Denzel Washington, es llamado por la marina estadounidense para tripular el submarino USS ALABAMA, en una misión que busca evitar un posible enfrentamiento de armas nucleares en contra de... sí, adivinó usted: Rusia (¿qué poca imaginación, no?). Una vez abordo se desata el conflicto entre joven y viejo, ya que el personaje de Hackman es un hombre cuyo credo parece ser “el librito ante todo” y no toma en cuenta el lado motivacional hacia los tripulantes del ALABAMA.
Por otro lado, el personaje de Washington parece que actúa más de acuerdo al feeling que a otra cosa; trata de suavizar el estilo de pensar de alguien que no admite discusión o apelación sobre decisiones tomadas. La crisis llega cuando el radio se avería y pierden todo tipo de comunicación con la base, dividiendo a la tripulación: unos que siguen al joven, quien insiste en tratar de reparar la avería antes de soltar misiles que pueden ser innecesarios; mientras que otros siguen al veterano, quien solo tiene en mente iniciar el ataque (o como dicen en mi pueblo “golpiar y luego viriguar”).
La división de opiniones sigue hasta que se logra reparar el radio y se descifra un nuevo mensaje; dicho mensaje le otorga la razón a uno de los dos marinos... ¿a cuál?.
Es más o menos la trama de «Crimson Tide» (¿a quién diablos se le ocurrió ponerle “Roja” cuando la palabra “Crimson” se asemeja más al púrpura?), una buena película dirigida por Tony Scott. Claro, como todo en esta cochina vida, tiene sus aspectos buenos y malos...
Aspectos buenos... el hecho del magnífico ritmo que tiene la cinta; desde que inicia hasta que termina la “curvita” crece y nunca decae, evitó de manera excelente el contar la trama durante los diez minutos iniciales. Además, el número de locaciones (cheque usted el dato: portaaviones -que figura en dos escenas muy breves-, casa de Denzel Washington, puerto de embarque y submarino. Con eso bastó) no por ser limitado significó aburrición, al contrario.
¿Actuaciones?, muy buenas, sobre todo en el enfrentamiento, cuando Denzel Washington arresta al “jefe Hackman” por violar los códigos navales. ¡Qué papelón señores!, Hackman imprime un sello despreciable a su personaje (motivo que hizo que más de una “ñora” dijera: “¡Qué poca madre de viejo!”). Felicidades Luthor, sigues en tu punto.
Los puntos criticables serían muy pocos, sobresaliendo entre estos el eterno slogan “América saves the world” (que a la chitona se lee “América saves your ass again”). Parece que a muchos de los cineastas no les ha caído “el veinte” de que este tema ya “chocheó” y que los primos de Burton Helms han salvado al mundo miles de veces. Ya es hora de que los armenios, los chinos, o de perdis el Chapulín Colorado se avienten la puntada de salvar a más de cinco y vanagloriarse más que un aficionado de las “birrias” del Guadalajara después de una victoria. ¡Ah, por cierto!, ya dejen a los rusos en paz, los “camarradas” también están OUT desde hace rato.
En inglés "thrill" quiere decir emoción, sin embargo el término "Thriller" no sólo se refiere a cintas emocionantes, sino llenas de suspenso y misterio que provocan una tensión mental en los espectadores. Este es el campo donde Alfred Hitchcock se ganó a pulso el sobrenombre de "el mago del suspenso", por sentar las bases y reglas que nadie ha podido igualar.
Se divide en cinco corrientes fácilmente identificables.
POLICIACO
Describe los métodos con que la policía combate al crimen; este género se ha prestado en muchas ocasiones a una tesis bastante cuestionable en la que el policía es libre de cometer cualquier acto de violencia con tal de eliminar a los delincuentes. Su representante clásico es Clint Eastwood, que hizo de su personaje Harry Callahan toda una institución dentro del cine policiaco.
Ejemplos:
«Harry el Sucio», Don Siegel, 1971.
«Los Nuevos Centuriones», Richard Fleischer, 1972.
«Magnum 44», Ted Post, 1973.
«Impacto Fulminante», Clint Eastwood, 1983.
«Punto de Quiebra», Kathryn Bigelow, 1991.
«Máxima Velocidad», Jan De Bont, 1994.
DETECTIVES
A diferencia del thriller policiaco, este tipo de cine ofrece la variante del detective que generalmente actúa al margen de la ley, y usa más sus poderes deductivos que la fuerza.
Ejemplos:
La serie «Arma Mortal», Richard Donner, 1987, 1989, 1992, 1998.
«Sin Piedad», Richard Pearce, 1986.
«Lluvia Negra», Ridley Scott, 1989.
«Prohibida Obsesión», Harold Becker, 1989.
«Sospecha Mortal», Mike Figgis, 1990.
«Volver a Morir», Kenneth Branagh, 1991.
ESPIONAJE
Su amplio espectro abarca desde las adaptaciones de escritores serios como Graham Greene, James Grady o John LeCarré, hasta el espectáculo de efectos especiales, bellas mujeres y paisajes exóticos de las cintas de James Bond, el agente 007 (Sean Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig), creación del escritor Ian Fleming.
Ejemplos:
La serie "James Bond".
«Sin Escape Alguno», Roger Donaldson, 1987.
«Espías sin Rostro», Richard Benjamin, 1988.
«Contacto en Rusia», Fred Schepisi, 1990.
«Héroes por Azar», Phil Alden Robinson, 1993.
POLÍTICO
En este tipo de películas se aplican las convenciones del género (nerviosismo, suspenso, tensión mental) a una forma de testimoniar una situación política concreta y relevante.
Ejemplos:
«Z», Costa Gavras, 1969.
«Todos los Hombres del Presidente», Alan J. Pakula, 1976.
«Desaparecido», Costa Gavras, 1982.
«Rojo Amanecer», Jorge Fons, 1990.
«A la caza del Octubre Rojo», John McTiernan, 1990.
«En el Nombre del Padre», Jim Sheridan, 1992.
ERÓTICO
Puesto de moda en la década de los ochenta, este género presenta situaciones de triángulos amorosos (por lo general) e infidelidad llevadas hasta el límite; el modelo fue «Atracción Fatal» (Adrian Lyne, 1987), y los actores representativos han sido, entre otros: Michael Douglas, Kim Basinger, Richard Gere y Sharon Stone.
Ejemplos:
«Deseo y Decepción», Phil Joanou, 1992.
«Bajos Instintos», Paul Verhoeven, 1992.
«The Crush. Pasión sin Límites», Alan Shapiro, 1993.
«Luna Amarga», Roman Polanski, 1993.
«El Color de la Noche», Richard Rush, 1994.
«La Sangre de Romeo», Peter Medak, 1994
“Marea Roja”.
Por Luis Alejandro Hernández Garibay.
Cuestión de enfoque...
Piense usted en la posibilidad de enfrentarse a un problema tamaño “caguama”: un peligro inminente para usted y su gente, que requiere de una decisión basada en la clásica teoría del “vaso medio lleno o medio vacío”..., de actuar acorde al corazón o a las vísceras. Esta encrucijada o “cuestión de escrúpulos” es presentada en «Marea Roja (Crimson Tide)».
La historia gira alrededor de dos militares: uno de la vieja guardia, interpretado por Gene Hackman, y otro joven, pero hambriento de gloria y por servir a su patria. Este último, interpretado por el cada vez más convincente Denzel Washington, es llamado por la marina estadounidense para tripular el submarino USS ALABAMA, en una misión que busca evitar un posible enfrentamiento de armas nucleares en contra de... sí, adivinó usted: Rusia (¿qué poca imaginación, no?). Una vez abordo se desata el conflicto entre joven y viejo, ya que el personaje de Hackman es un hombre cuyo credo parece ser “el librito ante todo” y no toma en cuenta el lado motivacional hacia los tripulantes del ALABAMA.
Por otro lado, el personaje de Washington parece que actúa más de acuerdo al feeling que a otra cosa; trata de suavizar el estilo de pensar de alguien que no admite discusión o apelación sobre decisiones tomadas. La crisis llega cuando el radio se avería y pierden todo tipo de comunicación con la base, dividiendo a la tripulación: unos que siguen al joven, quien insiste en tratar de reparar la avería antes de soltar misiles que pueden ser innecesarios; mientras que otros siguen al veterano, quien solo tiene en mente iniciar el ataque (o como dicen en mi pueblo “golpiar y luego viriguar”).
La división de opiniones sigue hasta que se logra reparar el radio y se descifra un nuevo mensaje; dicho mensaje le otorga la razón a uno de los dos marinos... ¿a cuál?.
Es más o menos la trama de «Crimson Tide» (¿a quién diablos se le ocurrió ponerle “Roja” cuando la palabra “Crimson” se asemeja más al púrpura?), una buena película dirigida por Tony Scott. Claro, como todo en esta cochina vida, tiene sus aspectos buenos y malos...
Aspectos buenos... el hecho del magnífico ritmo que tiene la cinta; desde que inicia hasta que termina la “curvita” crece y nunca decae, evitó de manera excelente el contar la trama durante los diez minutos iniciales. Además, el número de locaciones (cheque usted el dato: portaaviones -que figura en dos escenas muy breves-, casa de Denzel Washington, puerto de embarque y submarino. Con eso bastó) no por ser limitado significó aburrición, al contrario.
¿Actuaciones?, muy buenas, sobre todo en el enfrentamiento, cuando Denzel Washington arresta al “jefe Hackman” por violar los códigos navales. ¡Qué papelón señores!, Hackman imprime un sello despreciable a su personaje (motivo que hizo que más de una “ñora” dijera: “¡Qué poca madre de viejo!”). Felicidades Luthor, sigues en tu punto.
Los puntos criticables serían muy pocos, sobresaliendo entre estos el eterno slogan “América saves the world” (que a la chitona se lee “América saves your ass again”). Parece que a muchos de los cineastas no les ha caído “el veinte” de que este tema ya “chocheó” y que los primos de Burton Helms han salvado al mundo miles de veces. Ya es hora de que los armenios, los chinos, o de perdis el Chapulín Colorado se avienten la puntada de salvar a más de cinco y vanagloriarse más que un aficionado de las “birrias” del Guadalajara después de una victoria. ¡Ah, por cierto!, ya dejen a los rusos en paz, los “camarradas” también están OUT desde hace rato.
GÁNGSTERS
Surge como un reflejo de una situación social que se vivía en la década de los treinta en Estados Unidos: la gran depresión. Este hecho provocó el surgimiento de figuras conocidas como gángsters, una especie de héroe popular que ilustra siempre un ascenso social tan rápido como su vertiginosa caída.
En su primera etapa destacan las interpretaciones de James Cagney, Paul Muni, Humphrey Bogart, George Raft, Edward G. Robinson, Marlon Brando y el debutante Al Pacino.
En este período (1930-1980 aproximadamente), los gángsters presentan un código bien definido; son personajes enigmáticos que defienden su causa con honor, con un código "ético" donde no tiene cabida la traición, y donde la violencia contra la familia es el peor de los delitos.
Ejemplos:
«Sentenciado a Muerte», Mervyn Le Roy, 1930.
«El Enemigo Público», William Wellman, 1931.
«Caracortada», Howard Hawks, 1932.
«Al Rojo Vivo», Raoul Walsh, 1949.
La trilogía «El Padrino», Francis Ford Coppola, 1972, 1974, 1990.
«Érase una vez en América», Sergio Leone, 1984.
En la actualidad el género ha modificado su código; ahora la violencia es la única salida posible, los excesos y la sangre son parte fundamental de la producción actual, cuyos protagonistas principales han sido: Al Pacino, Robert De Niro, Warren Beatty, Kevin Costner, Joe Pesci, Ray Liotta, Christian Slatter, Richard Grieco, Costas Mandylor y Chazz Palmintieri.
Ejemplos:
«Caracortada», Brian de Palma, 1983.
«Los Intocables», Brian de Palma, 1987.
«Buenos Muchachos», Martin Scorsese, 1990.
«Los Jóvenes Gángsters», Michael Karbeinikoff, 1991.
«Bugsy», Barry Levinson, 1991.
«El Desafío», Robert De Niro, 1994.
Diccionario enciclopédico de «El Perfecto Asesino».
Por Arturo Garibay Villalobos.
* Besson, Luc: director de ascendencia francesa que, como pocos, sabe muy bien lo que hace. Tras el éxito innegable de «Azul Profundo (The Big Blue)», se ha convertido en uno de los directores de más prestigio dentro del medio. En «El Perfecto Asesino (The Professional)» hace gala de todo lo que sabe, con un final rompecorazones y una dirección excelente en lo que fue su “primer filme americano”. Recientemente presentó en Cannes su filme «El Quinto Elemento (The Fifth Element)», protagonizado por Bruce Willis, Milla Jovovich y Gary Oldman.
* Banda Sonora: con la participación de Eric Serra, Björk y Sting -con la inenarrable “Shape of my heart”- hacen la película más llevadera, arremetiendo con sus suaves acordes un toque de nostalgia muy “adoc” en esa encrucijada de sentimientos.
* Cerdo: animalito que en todas las películas aparece de color rosado, y que en este filme es considerado como el mejor amigo del hombre (más si está hecho de poliéster y forro delgado).
* Cuchillos y Similares: es necesario que toda aquella persona que desee tomar el curso intensivo de “matones a sueldo” sepa que lo último que se aprende es a usar las armas blancas, pues hay que ser muy diestro (Vg.. nuestro protagonista) para poder acercarse a la víctima cuerpo a cuerpo.
* Granada: no hablamos precisamente de la fruta, sino del explosivo, el cual juega un papel importantísimo en el desenlace de la película.
* Maceta con Planta: (ver Planta).
* Oldman, Gary: un malo, muy malo. Como de costumbre hace una gran interpretación, un tanto teatral de repente, pero de buenos resultados. Amigo íntimo del LSD, el crack, el éctasis y demás deidades narcóticas, se convierte en un antagonista detestable, pero con un final muy poético (que bonito ser malo y morir así). Antes de su inminente deceso solía ser oficial de antinarcóticos, ¿no es increíble?.
* Planta: una linda planta enmacetada aparece durante toda la película representando la fragilidad de la vida, además de que nos enseña el muy escondido lado amable del protagonista, así como su obsesión por el orden.
* Portman, Natalie: una perfecta interpretación de una adolescente conflictiva que trae a su familia atravesada y la cabeza hecha bolas, extrañando con frenesí a su hermano de cuatro años asesinado brutal e injustamente. Dispuesta a aprender a “limpiar” a cualquier precio. Gran imitadora de Madonna y Charles Chaplin. Sus sentimientos hacia León (el asesino) son confusos.
* Reno, Jean: actor franco-italiano y gran amigo de Luc Besson. Apareció también en «Azul Profundo» junto con Jean-Marc Barr. En «El Perfecto Asesino» tiene el papel de León, un asesino a sueldo, mercenario, matón, “limpiador” o como se le prefiera llamar. Oscila de manera efectiva entre los roles de héroe y antihéroe, pero haciendo difícil de creer que alguien capaz de demostrar sentimientos paternales pueda matar a discreción. Tiene una sola regla en su trabajo: no mujeres, no niños.
* Rifles y Similares: toda arma de fuego debe permanecer fuera del alcance de los niños. Con mayor razón si, como nuestra protagonista femenina, sólo las van a cargar entre fruta y comida china y a la hora de la hora no van a tener oportunidad de usarlas.
* Sinopsis: “Un asesino perfecto. Una niña inocente. Ninguno tiene nada que perder excepto el uno al otro. La primera película americana del director francés Luc Besson («La Femme Nikita»), es una combinación de la dinámica del cine norteamericano y el humor europeo. Gary Oldman personifica a un corrupto agente de la División Antidrogas que asesina a la familia de Matilda (Natalie Portman), una pequeña adolescente, por un negocio fallido. La niña se refugia con León (Jean Reno), su vecino, un hombre al que apenas conoce y quien resulta ser un asesino a sueldo. León es un alma solitaria y la niña ya no tiene a nadie más. Pronto se entabla entre los dos una relación padre hija que cambiará sus vidas para siempre”.
* Términos Generales: tanto la dirección de Luc Besson como las actuaciones estelares de Jean Reno, Natalie Portman y Gary Oldman se pueden calificar con una sola palabra: Excelentes.
Surge como un reflejo de una situación social que se vivía en la década de los treinta en Estados Unidos: la gran depresión. Este hecho provocó el surgimiento de figuras conocidas como gángsters, una especie de héroe popular que ilustra siempre un ascenso social tan rápido como su vertiginosa caída.
En su primera etapa destacan las interpretaciones de James Cagney, Paul Muni, Humphrey Bogart, George Raft, Edward G. Robinson, Marlon Brando y el debutante Al Pacino.
En este período (1930-1980 aproximadamente), los gángsters presentan un código bien definido; son personajes enigmáticos que defienden su causa con honor, con un código "ético" donde no tiene cabida la traición, y donde la violencia contra la familia es el peor de los delitos.
Ejemplos:
«Sentenciado a Muerte», Mervyn Le Roy, 1930.
«El Enemigo Público», William Wellman, 1931.
«Caracortada», Howard Hawks, 1932.
«Al Rojo Vivo», Raoul Walsh, 1949.
La trilogía «El Padrino», Francis Ford Coppola, 1972, 1974, 1990.
«Érase una vez en América», Sergio Leone, 1984.
En la actualidad el género ha modificado su código; ahora la violencia es la única salida posible, los excesos y la sangre son parte fundamental de la producción actual, cuyos protagonistas principales han sido: Al Pacino, Robert De Niro, Warren Beatty, Kevin Costner, Joe Pesci, Ray Liotta, Christian Slatter, Richard Grieco, Costas Mandylor y Chazz Palmintieri.
Ejemplos:
«Caracortada», Brian de Palma, 1983.
«Los Intocables», Brian de Palma, 1987.
«Buenos Muchachos», Martin Scorsese, 1990.
«Los Jóvenes Gángsters», Michael Karbeinikoff, 1991.
«Bugsy», Barry Levinson, 1991.
«El Desafío», Robert De Niro, 1994.
Diccionario enciclopédico de «El Perfecto Asesino».
Por Arturo Garibay Villalobos.
* Besson, Luc: director de ascendencia francesa que, como pocos, sabe muy bien lo que hace. Tras el éxito innegable de «Azul Profundo (The Big Blue)», se ha convertido en uno de los directores de más prestigio dentro del medio. En «El Perfecto Asesino (The Professional)» hace gala de todo lo que sabe, con un final rompecorazones y una dirección excelente en lo que fue su “primer filme americano”. Recientemente presentó en Cannes su filme «El Quinto Elemento (The Fifth Element)», protagonizado por Bruce Willis, Milla Jovovich y Gary Oldman.
* Banda Sonora: con la participación de Eric Serra, Björk y Sting -con la inenarrable “Shape of my heart”- hacen la película más llevadera, arremetiendo con sus suaves acordes un toque de nostalgia muy “adoc” en esa encrucijada de sentimientos.
* Cerdo: animalito que en todas las películas aparece de color rosado, y que en este filme es considerado como el mejor amigo del hombre (más si está hecho de poliéster y forro delgado).
* Cuchillos y Similares: es necesario que toda aquella persona que desee tomar el curso intensivo de “matones a sueldo” sepa que lo último que se aprende es a usar las armas blancas, pues hay que ser muy diestro (Vg.. nuestro protagonista) para poder acercarse a la víctima cuerpo a cuerpo.
* Granada: no hablamos precisamente de la fruta, sino del explosivo, el cual juega un papel importantísimo en el desenlace de la película.
* Maceta con Planta: (ver Planta).
* Oldman, Gary: un malo, muy malo. Como de costumbre hace una gran interpretación, un tanto teatral de repente, pero de buenos resultados. Amigo íntimo del LSD, el crack, el éctasis y demás deidades narcóticas, se convierte en un antagonista detestable, pero con un final muy poético (que bonito ser malo y morir así). Antes de su inminente deceso solía ser oficial de antinarcóticos, ¿no es increíble?.
* Planta: una linda planta enmacetada aparece durante toda la película representando la fragilidad de la vida, además de que nos enseña el muy escondido lado amable del protagonista, así como su obsesión por el orden.
* Portman, Natalie: una perfecta interpretación de una adolescente conflictiva que trae a su familia atravesada y la cabeza hecha bolas, extrañando con frenesí a su hermano de cuatro años asesinado brutal e injustamente. Dispuesta a aprender a “limpiar” a cualquier precio. Gran imitadora de Madonna y Charles Chaplin. Sus sentimientos hacia León (el asesino) son confusos.
* Reno, Jean: actor franco-italiano y gran amigo de Luc Besson. Apareció también en «Azul Profundo» junto con Jean-Marc Barr. En «El Perfecto Asesino» tiene el papel de León, un asesino a sueldo, mercenario, matón, “limpiador” o como se le prefiera llamar. Oscila de manera efectiva entre los roles de héroe y antihéroe, pero haciendo difícil de creer que alguien capaz de demostrar sentimientos paternales pueda matar a discreción. Tiene una sola regla en su trabajo: no mujeres, no niños.
* Rifles y Similares: toda arma de fuego debe permanecer fuera del alcance de los niños. Con mayor razón si, como nuestra protagonista femenina, sólo las van a cargar entre fruta y comida china y a la hora de la hora no van a tener oportunidad de usarlas.
* Sinopsis: “Un asesino perfecto. Una niña inocente. Ninguno tiene nada que perder excepto el uno al otro. La primera película americana del director francés Luc Besson («La Femme Nikita»), es una combinación de la dinámica del cine norteamericano y el humor europeo. Gary Oldman personifica a un corrupto agente de la División Antidrogas que asesina a la familia de Matilda (Natalie Portman), una pequeña adolescente, por un negocio fallido. La niña se refugia con León (Jean Reno), su vecino, un hombre al que apenas conoce y quien resulta ser un asesino a sueldo. León es un alma solitaria y la niña ya no tiene a nadie más. Pronto se entabla entre los dos una relación padre hija que cambiará sus vidas para siempre”.
* Términos Generales: tanto la dirección de Luc Besson como las actuaciones estelares de Jean Reno, Natalie Portman y Gary Oldman se pueden calificar con una sola palabra: Excelentes.
DE ÉPOCA
Es un apartado amplio que incluye varios subgéneros; en realidad, cada uno lleva la identificación en el nombre. Es el cine que se presta más que los otros para la solemnidad, aunque no en todos los casos.
HISTÓRICO
Describe sucesos públicos y políticos de los diversos pueblos.
Ejemplos:
«Juicio en Nüremberg», Stanley Kramer, 1961.
«Nicolás y Alejandra», Franklin Schaffner, 1971.
«Gloria», Edward Zwick, 1989.
«1492: La Conquista del Paraíso», Ridley Scott, 1992.
«La Lista de Schindler», Steven Spielberg, 1993.
«La Casa de los Espíritus», Bille August, 1994.
BIOGRÁFICO
Cuenta la vida o un periodo de la vida de alguna figura importante de la historia.
Ejemplos:
«El Hombre Elefante» (John Merrick), David Lynch, 1980.
«Gandhi» (Gandhi), Richard Attenborough, 1982.
«Amadeus» (Wolfgang Amadeus Mozart), Milos Forman, 1984.
«Grito de Libertad» (Stephen Biko y Donald Woods), Richard Attenborough, 1987.
«Gorilas en la Niebla» (Dian Fossey), Michael Apted, 1988.
«Romero» (Arzobispo Oscar Romero), John Duigan, 1989.
AVENTURAS
Nos ubica en un contexto exótico o desconocido con un héroe realizando una misión casi imposible o suicida; nos ubica también en una época determinada y con personajes claramente identificables. Es un cine entretenido, con buenas dosis de suspenso, misterio y situaciones en ocasiones inverosímiles.
Ejemplos:
La saga de «Indiana Jones», Steven Spielberg, 1981, 1984, 1989, 2009.
«Bandidos del Tiempo», Terry Gilliam, 1981.
«Los Aventureros del Fin del Mundo», Brian G. Hutton, 1983.
«Dos Bribones tras la Esmeralda Perdida», Robert Zemeckis, 1984.
«Las Minas del Rey Salomón», J. Lee Thompson, 1985.
«La Joya del Nilo», Lewis Teague, 1985.
CAPA Y ESPADA
Se refiere a las películas protagonizadas por mosqueteros, piratas, espadachines o conquistadores. A diferencia del cine de magia y espada, aquí los conflictos se resuelven no con magia, sino de acuerdo a las habilidades y destrezas de los protagonistas.
Ejemplos:
«Los Vikingos», Richard Fleischer, 1958.
«Romeo y Julieta», Franco Zeffirelli, 1968.
«Enrique V», Kenneth Branagh, 1989.
«Hamlet», Franco Zeffirelli, 1991.
«Robin Hood: Príncipe de los Ladrones», Kevin Reynolds, 1991.
«Corazón Valiente», Mel Gibson, 1995.
«El Hombre de la Máscara de Hierro», Randall Wallace, 1998.
ÉPICO-BÍBLICO
Como lo indica su nombre, narra las hazañas de héroes casi legendarios consignados en la Biblia u otras epopeyas. Por lo general, este cine es de grandes presupuestos, con escenarios fastuosos y la utilización de miles de dobles.
Ejemplos:
«Demetrio y los Gladiadores», Delmer Daves, 1954.
«Los Diez Mandamientos», Cecil B. DeMille, 1956.
«Ben – Hur», William Wyler-Andrew Marton, 1959.
«Rey de Reyes», Nicolas Ray, 1961.
«El Evangelio Según San Mateo», Pier Paolo Pasolini, 1964.
«El Rey David», Bruce Beresford, 1985.
BÉLICO
Es una ramificación del histórico que únicamente se ocupa de las guerras; si bien es cierto que el cine bélico puede ser apologético, sobre todo si se trata de hacer propaganda, un gran porcentaje de este género es antibélico y con mensaje pacifista, cuyo propósito es demostrar y denunciar el absurdo desperdicio de vidas humanas que significa cualquier confrontación armada.
Ejemplos:
«El Francotirador», Michael Cimino, 1978.
«Apocalipsis Now», Francis Ford Coppola, 1979.
«El Submarino», Wolfgang Petersen, 1981.
«Pelotón», Oliver Stone, 1986.
«Cara de Guerra», Stanley Kubrick, 1987.
«Pecados de Guerra», Brian de Palma, 1989.
«Salvando al Soldado Ryan», Steven Spielberg, 1998.
«La Delgada Línea Roja», Terrence Malick, 1998.
“Apollo XIII”. Misión cumplida.
Por Jorge Moreno Álvarez.
Cualquiera que sea en el futuro el desarrollo y alcance de la gran aventura del hombre en el espacio, la fecha del 20 de julio de 1969 eternizará el recuerdo de uno de uno de los más gloriosos acontecimientos en la historia del hombre (comparable solamente al descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492): por primera vez dos hombres, Neil A. Armstrong y Edwin E. Aldrin, se posaron sobre la superficie de la Luna.
Unas horas después de su llegada abordo del “Águila”, pequeño vehículo o módulo desprendido del “Apollo XI”, los millones de espectadores que siguieron desde la Tierra la extraordinaria hazaña a través de las pantallas de televisión, pudieron presenciar como Armstrong descendía con lentitud la escalerilla del vehículo, para posar su pie en la superficie lunar.
La misión “Apollo XII” (14 al 24 de noviembre de 1969) fue todo un éxito, igual que su antecesora, sin embargo, la racha de éxitos iniciada por los dos primeros viajes del hombre a la Luna pareció romperse en el siguiente, el del «Apollo XIII (Ron Howard, 1995)», iniciado el 11 de abril de 1970.
Después de una intensa preparación los tres astronautas de la misión, James A. Lovell (Tom Hanks), Fred W. Haise (Bill Paxton) y Jack L. Swigert (Kevin Bacon), protagonizaron uno de los episodios más dramáticos y apasionantes de la carrera espacial. El 13 de abril, 56 horas después del lanzamiento, un tanque de oxígeno del módulo de servicio hizo explosión, lo que resultó en una pérdida total del poder en la unidad de comando. Jim Lovell reportó: “Houston, tenemos un problema...”, la misión “Apollo XIII” fue cancelada, y a partir de entonces dio comienzo la operación de salvamento más angustiosa y perfecta de la historia moderna.
En esta superproducción de la Universal Pictures dirigida por Ron Howard («Un Horizonte Lejano», «Marea de Fuego»), se pone de manifiesto la lucha del hombre por sobrevivir en situaciones hostiles valiéndose de su ingenio e inteligencia y se enfatiza en el lado humano de la fallida misión; Howard, además de mostrar lo que sucede a bordo de la nave y en el centro de control de vuelos de la NASA, reproduce el miedo y la incertidumbre que los estadounidenses sintieron cuando encendieron sus televisores y se enteraron de la situación desesperada que vivían Lovell, Haise y Swigert en el espacio. A partir de ese momento los ojos de gran parte del mundo siguieron paso a paso la operación de salvamento hasta el instante cuando, sanos y salvos eran rescatados de la nave en el océano pacífico.
Para obtener resultados óptimos, los actores Tom Hanks, Bill Paxton, Kevin Bacon, Gary Sinise y Ed Harris tuvieron consultas con astronautas verdaderos; subieron a los simuladores orbitales y aprendieron a manejar equipo auténtico de los cuartos de control de operaciones de la misión, además de permanecer en estado de ingravidez luego de estar varios días volando en arcos parabólicos gigantes a bordo del “RC-135” de la NASA, mejor conocido como “el cometa del vómito”; además, David Scott, comandante de la misión “Apollo XV” sirvió como asesor técnico del filme para asegurar exactitud y veracidad. Entre los asesores se incluyó también a Jerry Bostick, uno de los controladores de vuelo clave para la misión “Apollo XIII” y a su padre, Michael Bostick.
Las experiencias de la misión espacial “Apollo XIII” fueron escritas por Jim Lovell en el libro “Luna Perdida (Lost Moon)”, mismo que inspiró al director Ron Howard para la realización de la película y que nos muestra, una vez más, el triunfo del hombre sobre la adversidad.
Es un apartado amplio que incluye varios subgéneros; en realidad, cada uno lleva la identificación en el nombre. Es el cine que se presta más que los otros para la solemnidad, aunque no en todos los casos.
HISTÓRICO
Describe sucesos públicos y políticos de los diversos pueblos.
Ejemplos:
«Juicio en Nüremberg», Stanley Kramer, 1961.
«Nicolás y Alejandra», Franklin Schaffner, 1971.
«Gloria», Edward Zwick, 1989.
«1492: La Conquista del Paraíso», Ridley Scott, 1992.
«La Lista de Schindler», Steven Spielberg, 1993.
«La Casa de los Espíritus», Bille August, 1994.
BIOGRÁFICO
Cuenta la vida o un periodo de la vida de alguna figura importante de la historia.
Ejemplos:
«El Hombre Elefante» (John Merrick), David Lynch, 1980.
«Gandhi» (Gandhi), Richard Attenborough, 1982.
«Amadeus» (Wolfgang Amadeus Mozart), Milos Forman, 1984.
«Grito de Libertad» (Stephen Biko y Donald Woods), Richard Attenborough, 1987.
«Gorilas en la Niebla» (Dian Fossey), Michael Apted, 1988.
«Romero» (Arzobispo Oscar Romero), John Duigan, 1989.
AVENTURAS
Nos ubica en un contexto exótico o desconocido con un héroe realizando una misión casi imposible o suicida; nos ubica también en una época determinada y con personajes claramente identificables. Es un cine entretenido, con buenas dosis de suspenso, misterio y situaciones en ocasiones inverosímiles.
Ejemplos:
La saga de «Indiana Jones», Steven Spielberg, 1981, 1984, 1989, 2009.
«Bandidos del Tiempo», Terry Gilliam, 1981.
«Los Aventureros del Fin del Mundo», Brian G. Hutton, 1983.
«Dos Bribones tras la Esmeralda Perdida», Robert Zemeckis, 1984.
«Las Minas del Rey Salomón», J. Lee Thompson, 1985.
«La Joya del Nilo», Lewis Teague, 1985.
CAPA Y ESPADA
Se refiere a las películas protagonizadas por mosqueteros, piratas, espadachines o conquistadores. A diferencia del cine de magia y espada, aquí los conflictos se resuelven no con magia, sino de acuerdo a las habilidades y destrezas de los protagonistas.
Ejemplos:
«Los Vikingos», Richard Fleischer, 1958.
«Romeo y Julieta», Franco Zeffirelli, 1968.
«Enrique V», Kenneth Branagh, 1989.
«Hamlet», Franco Zeffirelli, 1991.
«Robin Hood: Príncipe de los Ladrones», Kevin Reynolds, 1991.
«Corazón Valiente», Mel Gibson, 1995.
«El Hombre de la Máscara de Hierro», Randall Wallace, 1998.
ÉPICO-BÍBLICO
Como lo indica su nombre, narra las hazañas de héroes casi legendarios consignados en la Biblia u otras epopeyas. Por lo general, este cine es de grandes presupuestos, con escenarios fastuosos y la utilización de miles de dobles.
Ejemplos:
«Demetrio y los Gladiadores», Delmer Daves, 1954.
«Los Diez Mandamientos», Cecil B. DeMille, 1956.
«Ben – Hur», William Wyler-Andrew Marton, 1959.
«Rey de Reyes», Nicolas Ray, 1961.
«El Evangelio Según San Mateo», Pier Paolo Pasolini, 1964.
«El Rey David», Bruce Beresford, 1985.
BÉLICO
Es una ramificación del histórico que únicamente se ocupa de las guerras; si bien es cierto que el cine bélico puede ser apologético, sobre todo si se trata de hacer propaganda, un gran porcentaje de este género es antibélico y con mensaje pacifista, cuyo propósito es demostrar y denunciar el absurdo desperdicio de vidas humanas que significa cualquier confrontación armada.
Ejemplos:
«El Francotirador», Michael Cimino, 1978.
«Apocalipsis Now», Francis Ford Coppola, 1979.
«El Submarino», Wolfgang Petersen, 1981.
«Pelotón», Oliver Stone, 1986.
«Cara de Guerra», Stanley Kubrick, 1987.
«Pecados de Guerra», Brian de Palma, 1989.
«Salvando al Soldado Ryan», Steven Spielberg, 1998.
«La Delgada Línea Roja», Terrence Malick, 1998.
“Apollo XIII”. Misión cumplida.
Por Jorge Moreno Álvarez.
Cualquiera que sea en el futuro el desarrollo y alcance de la gran aventura del hombre en el espacio, la fecha del 20 de julio de 1969 eternizará el recuerdo de uno de uno de los más gloriosos acontecimientos en la historia del hombre (comparable solamente al descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492): por primera vez dos hombres, Neil A. Armstrong y Edwin E. Aldrin, se posaron sobre la superficie de la Luna.
Unas horas después de su llegada abordo del “Águila”, pequeño vehículo o módulo desprendido del “Apollo XI”, los millones de espectadores que siguieron desde la Tierra la extraordinaria hazaña a través de las pantallas de televisión, pudieron presenciar como Armstrong descendía con lentitud la escalerilla del vehículo, para posar su pie en la superficie lunar.
La misión “Apollo XII” (14 al 24 de noviembre de 1969) fue todo un éxito, igual que su antecesora, sin embargo, la racha de éxitos iniciada por los dos primeros viajes del hombre a la Luna pareció romperse en el siguiente, el del «Apollo XIII (Ron Howard, 1995)», iniciado el 11 de abril de 1970.
Después de una intensa preparación los tres astronautas de la misión, James A. Lovell (Tom Hanks), Fred W. Haise (Bill Paxton) y Jack L. Swigert (Kevin Bacon), protagonizaron uno de los episodios más dramáticos y apasionantes de la carrera espacial. El 13 de abril, 56 horas después del lanzamiento, un tanque de oxígeno del módulo de servicio hizo explosión, lo que resultó en una pérdida total del poder en la unidad de comando. Jim Lovell reportó: “Houston, tenemos un problema...”, la misión “Apollo XIII” fue cancelada, y a partir de entonces dio comienzo la operación de salvamento más angustiosa y perfecta de la historia moderna.
En esta superproducción de la Universal Pictures dirigida por Ron Howard («Un Horizonte Lejano», «Marea de Fuego»), se pone de manifiesto la lucha del hombre por sobrevivir en situaciones hostiles valiéndose de su ingenio e inteligencia y se enfatiza en el lado humano de la fallida misión; Howard, además de mostrar lo que sucede a bordo de la nave y en el centro de control de vuelos de la NASA, reproduce el miedo y la incertidumbre que los estadounidenses sintieron cuando encendieron sus televisores y se enteraron de la situación desesperada que vivían Lovell, Haise y Swigert en el espacio. A partir de ese momento los ojos de gran parte del mundo siguieron paso a paso la operación de salvamento hasta el instante cuando, sanos y salvos eran rescatados de la nave en el océano pacífico.
Para obtener resultados óptimos, los actores Tom Hanks, Bill Paxton, Kevin Bacon, Gary Sinise y Ed Harris tuvieron consultas con astronautas verdaderos; subieron a los simuladores orbitales y aprendieron a manejar equipo auténtico de los cuartos de control de operaciones de la misión, además de permanecer en estado de ingravidez luego de estar varios días volando en arcos parabólicos gigantes a bordo del “RC-135” de la NASA, mejor conocido como “el cometa del vómito”; además, David Scott, comandante de la misión “Apollo XV” sirvió como asesor técnico del filme para asegurar exactitud y veracidad. Entre los asesores se incluyó también a Jerry Bostick, uno de los controladores de vuelo clave para la misión “Apollo XIII” y a su padre, Michael Bostick.
Las experiencias de la misión espacial “Apollo XIII” fueron escritas por Jim Lovell en el libro “Luna Perdida (Lost Moon)”, mismo que inspiró al director Ron Howard para la realización de la película y que nos muestra, una vez más, el triunfo del hombre sobre la adversidad.
ROAD MOVIE
La "road-movie" o película de carretera es un género reciente que inició en 1969 con la cinta de Dennis Hopper «Busco mi Destino (Easy Rider)», protagonizada por Peter Fonda, Dennis Hopper y Jack Nicholson.
Tuvo su auge en la década de los setenta en manos del director alemán Wim Wenders con las producciones «Alicia en las Ciudades» (1973) y «En el Transcurso del Tiempo» (1976).
En la "road-movie" los protagonistas realizan un viaje interior, introspectivo, a la vez que cubren en algún tipo de vehículo un itinerario geográfico que les resulta revelador de ciertas condiciones sociopolíticas de su país.
Ejemplos:
«Ruta Suicida», Clint Eastwood, 1977.
«Bye, Bye Brasil», Carlos Diegues, 1980.
«París, Texas», Wim Wenders, 1984.
«Rainman. Cuando los Hermanos se Encuentran», Barry Levinson, 1988.
«Thelma and Louise. Un Final Inesperado», Ridley Scott, 1991.
«Un Mundo Perfecto», Clint Eastwood, 1993.
«Kalifornia», Dominic Sena, 1994.
“Mad Max”. El guerrero implacable.
Por Jorge Moreno Álvarez.
En un futuro y en un lugar indeterminado la barbarie, la violencia y la muerte son cosas que se enfrentan a diario sin ninguna sorpresa. De pronto, en un desolado camino en la llanura y después de haber soportado una Tercera Guerra Mundial los asesinos de la carretera hacen su aparición sin ninguna concesión hacia sus víctimas, que son brutalmente asesinadas. El último recurso para detener esta violenta plaga es atacarlos con la misma moneda: un grupo de patrulleros con hielo y litros de adrenalina en la sangre, encabezados por el capitán Max Rockatansky (Mel Gibson).
En 1980 el director George Miller estrenaba su hiperviolenta producción «Mad Max», estelarizada por Mel Gibson, que de inmediato se colocó a la cabeza de los artistas más taquilleros.
La omnipresente carretera desolada y sembrada de peligros se llama “Anarchy Road”: su poste de señales no indica la velocidad permitida, sino la cifra de muertes violentas ocurridas en su seno durante la última semana; sus pistas hacia ninguna parte se encuentran abiertas a cualquier aparición agresiva. En este sombrío panorama se desarrolla una intensa persecución entre “el jinete nocturno” (Vince Hill) y el capitán Rockatansky (Gibson) que culmina con la muerte del primero; posteriormente hacen su aparición los seguidores del jinete, una horda de salvajes motociclistas encabezados por un psicópata apodado “Cortadedos” (Hugh Keays - Bryne), quienes claman por venganza.
De forma accidental un miembro de los motociclistas se entera de que Max fue quien provocó el accidente del jinete al tratar de detenerlo, lo que desata una implacable persecución contra el agente y su familia que culmina con la violenta muerte de su esposa y su pequeño hijo. Rockatansky ebrio de venganza se transforma en “Mad Max”, quien no se detendrá hasta exterminar a “Cortadedos” y sus seguidores: la hiperviolenta revancha es en extremo emocionante, impresionante y llena de emoción.
Dos años después del inusitado éxito de «Mad Max» llegó la primera secuela dirigida por George Miller: «El Guerrero de la Carretera (The Road Warrior, 1982)».
En esta ocasión encontramos al implacable “Mad Max” (Gibson) viviendo en los caminos en compañía de un perro guardián y armado hasta los dientes; en el desarrollo de la historia, un puñado de sobrevivientes de la Tercera Guerra Mundial establecen una colonia petrolera que es acechada por una banda de asesinos motorizados. Max se convierte en aliado de los colonos y les ayuda a escapar para establecerse en un lugar más tranquilo, todo esto en medio de un clímax verdaderamente electrizante y lleno de violencia, sello característico desde «Mad Max».
Sin embargo aquí no terminan las peripecias del guerrero de la carretera, y tras un breve descanso regresaría en una tercera parte dirigida nuevamente por Miller, acompañado por George Ogilvie. En «Mad Max III: Más Allá de la Cúpula del Trueno (Mad Max III: Beyond Thunderdome, 1985)» Mel Gibson repite su papel de héroe post-apocalíptico que en esta ocasión se enfrenta a varios gladiadores en la “Cúpula del Trueno” (Thunderdome), especie de coliseo dentro de una ciudad lidereada por una extraña mujer (Tina Turner) que tras desterrar a Max de su ciudad desata una intensa persecución en su contra cuando el guerrero ayuda a un grupo de niños a escapar a un lugar poblado y hurta vehículos de la ciudad para conseguirlo.
Tina Turner interpreta también el tema central de esta cinta (“We don’t need another hero. Thunderdome”), que cierra la trilogía que Miller iniciara en 1980 y que marcara el debut internacional de su intérprete, el implacable Mel Gibson.
La "road-movie" o película de carretera es un género reciente que inició en 1969 con la cinta de Dennis Hopper «Busco mi Destino (Easy Rider)», protagonizada por Peter Fonda, Dennis Hopper y Jack Nicholson.
Tuvo su auge en la década de los setenta en manos del director alemán Wim Wenders con las producciones «Alicia en las Ciudades» (1973) y «En el Transcurso del Tiempo» (1976).
En la "road-movie" los protagonistas realizan un viaje interior, introspectivo, a la vez que cubren en algún tipo de vehículo un itinerario geográfico que les resulta revelador de ciertas condiciones sociopolíticas de su país.
Ejemplos:
«Ruta Suicida», Clint Eastwood, 1977.
«Bye, Bye Brasil», Carlos Diegues, 1980.
«París, Texas», Wim Wenders, 1984.
«Rainman. Cuando los Hermanos se Encuentran», Barry Levinson, 1988.
«Thelma and Louise. Un Final Inesperado», Ridley Scott, 1991.
«Un Mundo Perfecto», Clint Eastwood, 1993.
«Kalifornia», Dominic Sena, 1994.
“Mad Max”. El guerrero implacable.
Por Jorge Moreno Álvarez.
En un futuro y en un lugar indeterminado la barbarie, la violencia y la muerte son cosas que se enfrentan a diario sin ninguna sorpresa. De pronto, en un desolado camino en la llanura y después de haber soportado una Tercera Guerra Mundial los asesinos de la carretera hacen su aparición sin ninguna concesión hacia sus víctimas, que son brutalmente asesinadas. El último recurso para detener esta violenta plaga es atacarlos con la misma moneda: un grupo de patrulleros con hielo y litros de adrenalina en la sangre, encabezados por el capitán Max Rockatansky (Mel Gibson).
En 1980 el director George Miller estrenaba su hiperviolenta producción «Mad Max», estelarizada por Mel Gibson, que de inmediato se colocó a la cabeza de los artistas más taquilleros.
La omnipresente carretera desolada y sembrada de peligros se llama “Anarchy Road”: su poste de señales no indica la velocidad permitida, sino la cifra de muertes violentas ocurridas en su seno durante la última semana; sus pistas hacia ninguna parte se encuentran abiertas a cualquier aparición agresiva. En este sombrío panorama se desarrolla una intensa persecución entre “el jinete nocturno” (Vince Hill) y el capitán Rockatansky (Gibson) que culmina con la muerte del primero; posteriormente hacen su aparición los seguidores del jinete, una horda de salvajes motociclistas encabezados por un psicópata apodado “Cortadedos” (Hugh Keays - Bryne), quienes claman por venganza.
De forma accidental un miembro de los motociclistas se entera de que Max fue quien provocó el accidente del jinete al tratar de detenerlo, lo que desata una implacable persecución contra el agente y su familia que culmina con la violenta muerte de su esposa y su pequeño hijo. Rockatansky ebrio de venganza se transforma en “Mad Max”, quien no se detendrá hasta exterminar a “Cortadedos” y sus seguidores: la hiperviolenta revancha es en extremo emocionante, impresionante y llena de emoción.
Dos años después del inusitado éxito de «Mad Max» llegó la primera secuela dirigida por George Miller: «El Guerrero de la Carretera (The Road Warrior, 1982)».
En esta ocasión encontramos al implacable “Mad Max” (Gibson) viviendo en los caminos en compañía de un perro guardián y armado hasta los dientes; en el desarrollo de la historia, un puñado de sobrevivientes de la Tercera Guerra Mundial establecen una colonia petrolera que es acechada por una banda de asesinos motorizados. Max se convierte en aliado de los colonos y les ayuda a escapar para establecerse en un lugar más tranquilo, todo esto en medio de un clímax verdaderamente electrizante y lleno de violencia, sello característico desde «Mad Max».
Sin embargo aquí no terminan las peripecias del guerrero de la carretera, y tras un breve descanso regresaría en una tercera parte dirigida nuevamente por Miller, acompañado por George Ogilvie. En «Mad Max III: Más Allá de la Cúpula del Trueno (Mad Max III: Beyond Thunderdome, 1985)» Mel Gibson repite su papel de héroe post-apocalíptico que en esta ocasión se enfrenta a varios gladiadores en la “Cúpula del Trueno” (Thunderdome), especie de coliseo dentro de una ciudad lidereada por una extraña mujer (Tina Turner) que tras desterrar a Max de su ciudad desata una intensa persecución en su contra cuando el guerrero ayuda a un grupo de niños a escapar a un lugar poblado y hurta vehículos de la ciudad para conseguirlo.
Tina Turner interpreta también el tema central de esta cinta (“We don’t need another hero. Thunderdome”), que cierra la trilogía que Miller iniciara en 1980 y que marcara el debut internacional de su intérprete, el implacable Mel Gibson.
CINE DE DESASTRE
Durante la década de los setenta en Hollywood los desastres fílmicos eran algo muy comunes; no me refiero a las películas de mala calidad o con pésimas actuaciones (esas existen en cualquier cinematografía), sino al fenómeno del "cine de desastre", un híbrido entre el thriller y la película de horror.
Producto de la paranoia estadounidense, este tipo de cine seguía una fórmula invariable y una trama predecible: se reunía un elenco multiestelar, caracterizaban una galería de personajes muy singulares con una personalidad bien definida y con una historia personal, se entremezclaban en forma melodramática y se iban eliminando uno a uno por efecto de una catástrofe natural o provocada.
Ejemplos:
«Aeropuerto», George Seaton,
«La aventura del Poseidón», Ronald Neame, 1972.
«Infierno en la Torre», John Guillermin - Irwin Allen, 1974.
«Terremoto», Mark Robson, 1974.
«El Enjambre», Irwin Allen, 1978.
«Meteoro», Ronald Neame, 1979.
«Tornado», Jan De Bont, 1995.
«Luz de Día», Rob Cohen, 1996.
«El Pico de Dante», Roger Donaldson, 1996.
“Lecciones breves de supervivencia”.
Por Jorge Moreno Álvarez.
Se dice, y con justificada razón, que el cine es una fábrica de sueños, pero nunca nos especificaron de que tipo, así que las peores pesadillas del hombre también tienen cabida en la pantalla grande.
Visualicen el cuadro: un tornado de inimaginables proporciones azota sin piedad varias poblaciones dejando una estela de muerte y destrucción; una explosión colapsa el túnel submarino que une Manhattan con Nueva Jersey o bien, la furia de la naturaleza se desata con toda su fuerza sobre dos poblaciones sacudiendo a sus indefensos pobladores con tremendas erupciones volcánicas. El cine de desastre, muy de moda durante la década de los setenta y que marcara a varias generaciones con clásicos como «Aeropuerto (Airport, George Seaton, 1970)», «Infierno en la Torre (The Towering Inferno, John Guillermin / Irwin Allen, 1974)» y «Meteoro (Meteor, Ronald Neame, 1979)», vuelve con toda su gama de impredecibles situaciones y personajes y no solo eso, llega cargado de innovadores efectos especiales e impresionantes escenas que logran que el espectador permanezca con los nervios de punta de principio a fin.
Dentro de esta nueva oleada de desastres fílmicos destacan dos producciones con un mismo planteamiento -erupciones volcánicas- pero situadas en lugares completamente opuestos entre sí.
En «El Pico de Dante (Dante’s Peak, Roger Donaldson, 1997)» la situación es la siguiente: un vulcanólogo, Harry Dalton (Pierce Brosnan), es enviado junto con su equipo de investigación al poblado de Wallace, Idaho, donde se han detectado situaciones anormales dentro del Pico de Dante, impresionante volcán que domina el paraje; la llegada de Dalton coincide con la celebración del “Día del Pionero”, encabezado por la alcaldesa Rachel Wando (Linda Hamilton), quien sigue minuciosamente las actividades del equipo científico. Todo parece transcurrir normalmente, las pruebas no arrojan resultados alarmantes, sin embargo, Dalton sabe que el desastre es inminente y la madre naturaleza así lo confirma: después de dos temblores de relativa magnitud el volcán desata toda su furia, es entonces cuando la galería de héroes incidentales y personajes típicos hacen su aparición tratando de salvarse o salvando a la población; muchos pierden la vida y otros, a quienes daban por muertos (Brosnan y Hamilton), son los que sobreviven “milagrosamente” a la tragedia.
En «Volcano (Mick Jackson, 1997)» hay indicios desde un principio de que algo muy malo está ocurriendo bajo la ciudad de Los Ángeles cuando siete trabajadores mueren misteriosamente durante un pequeño temblor; sin embargo, no es sino hasta después de un segundo temblor que la fuerza de la naturaleza hace su aparición en la zona geológica de “La Brea”: una impresionante erupción volcánica que literalmente hace pedazos la tierra arrojando una corriente de lava desde el Boulevard Wilshire hasta los bordes del centro comercial Beverly.
En esta impresionante producción Tommy Lee Jones interpreta a Mike Roark, el duro jefe de la dirección de emergencias de la ciudad; Anne Heche a la doctora Amy Barnes, una sismóloga universitaria; Don Cheadle a Emmit Reese, el ambicioso asistente de Roark; y Gaby Hoffman a Kelly, la hija de Mike, quienes se enfrentan al reto sin precedentes de proteger a la impreparada ciudad de Los Ángeles de la tragedia.
En ambas historias las escenas de destrucción son impresionantes, el sonido de las explosiones es estremecedor y los efectos visuales son impactantes y aterradores; sin embargo, hay algo que no ha cambiado desde el surgimiento de este género: el dramatismo y el sentido de supervivencia de los personajes.
Si bien es cierto que todas estas cintas -o al menos la gran mayoría- siguen el mismo esquema argumental, eso no demerita en ningún momento la calidad técnica y artística de las mismas, más bien sigue dejando algo muy en claro: la especie humana es tremendamente resistente; pase lo que pase -temblores, tornados, explosiones, inundaciones, etc.- lo enfrenta. Sólo a quienes no les gusta dejan de encarar a la amenaza de cualquier desastre, sea natural o social; pero siempre, en cualquier momento y circunstancia sale a flote la chispa que mantiene al hombre con vida, no importa la magnitud del desastre.
Durante la década de los setenta en Hollywood los desastres fílmicos eran algo muy comunes; no me refiero a las películas de mala calidad o con pésimas actuaciones (esas existen en cualquier cinematografía), sino al fenómeno del "cine de desastre", un híbrido entre el thriller y la película de horror.
Producto de la paranoia estadounidense, este tipo de cine seguía una fórmula invariable y una trama predecible: se reunía un elenco multiestelar, caracterizaban una galería de personajes muy singulares con una personalidad bien definida y con una historia personal, se entremezclaban en forma melodramática y se iban eliminando uno a uno por efecto de una catástrofe natural o provocada.
Ejemplos:
«Aeropuerto», George Seaton,
«La aventura del Poseidón», Ronald Neame, 1972.
«Infierno en la Torre», John Guillermin - Irwin Allen, 1974.
«Terremoto», Mark Robson, 1974.
«El Enjambre», Irwin Allen, 1978.
«Meteoro», Ronald Neame, 1979.
«Tornado», Jan De Bont, 1995.
«Luz de Día», Rob Cohen, 1996.
«El Pico de Dante», Roger Donaldson, 1996.
“Lecciones breves de supervivencia”.
Por Jorge Moreno Álvarez.
Se dice, y con justificada razón, que el cine es una fábrica de sueños, pero nunca nos especificaron de que tipo, así que las peores pesadillas del hombre también tienen cabida en la pantalla grande.
Visualicen el cuadro: un tornado de inimaginables proporciones azota sin piedad varias poblaciones dejando una estela de muerte y destrucción; una explosión colapsa el túnel submarino que une Manhattan con Nueva Jersey o bien, la furia de la naturaleza se desata con toda su fuerza sobre dos poblaciones sacudiendo a sus indefensos pobladores con tremendas erupciones volcánicas. El cine de desastre, muy de moda durante la década de los setenta y que marcara a varias generaciones con clásicos como «Aeropuerto (Airport, George Seaton, 1970)», «Infierno en la Torre (The Towering Inferno, John Guillermin / Irwin Allen, 1974)» y «Meteoro (Meteor, Ronald Neame, 1979)», vuelve con toda su gama de impredecibles situaciones y personajes y no solo eso, llega cargado de innovadores efectos especiales e impresionantes escenas que logran que el espectador permanezca con los nervios de punta de principio a fin.
Dentro de esta nueva oleada de desastres fílmicos destacan dos producciones con un mismo planteamiento -erupciones volcánicas- pero situadas en lugares completamente opuestos entre sí.
En «El Pico de Dante (Dante’s Peak, Roger Donaldson, 1997)» la situación es la siguiente: un vulcanólogo, Harry Dalton (Pierce Brosnan), es enviado junto con su equipo de investigación al poblado de Wallace, Idaho, donde se han detectado situaciones anormales dentro del Pico de Dante, impresionante volcán que domina el paraje; la llegada de Dalton coincide con la celebración del “Día del Pionero”, encabezado por la alcaldesa Rachel Wando (Linda Hamilton), quien sigue minuciosamente las actividades del equipo científico. Todo parece transcurrir normalmente, las pruebas no arrojan resultados alarmantes, sin embargo, Dalton sabe que el desastre es inminente y la madre naturaleza así lo confirma: después de dos temblores de relativa magnitud el volcán desata toda su furia, es entonces cuando la galería de héroes incidentales y personajes típicos hacen su aparición tratando de salvarse o salvando a la población; muchos pierden la vida y otros, a quienes daban por muertos (Brosnan y Hamilton), son los que sobreviven “milagrosamente” a la tragedia.
En «Volcano (Mick Jackson, 1997)» hay indicios desde un principio de que algo muy malo está ocurriendo bajo la ciudad de Los Ángeles cuando siete trabajadores mueren misteriosamente durante un pequeño temblor; sin embargo, no es sino hasta después de un segundo temblor que la fuerza de la naturaleza hace su aparición en la zona geológica de “La Brea”: una impresionante erupción volcánica que literalmente hace pedazos la tierra arrojando una corriente de lava desde el Boulevard Wilshire hasta los bordes del centro comercial Beverly.
En esta impresionante producción Tommy Lee Jones interpreta a Mike Roark, el duro jefe de la dirección de emergencias de la ciudad; Anne Heche a la doctora Amy Barnes, una sismóloga universitaria; Don Cheadle a Emmit Reese, el ambicioso asistente de Roark; y Gaby Hoffman a Kelly, la hija de Mike, quienes se enfrentan al reto sin precedentes de proteger a la impreparada ciudad de Los Ángeles de la tragedia.
En ambas historias las escenas de destrucción son impresionantes, el sonido de las explosiones es estremecedor y los efectos visuales son impactantes y aterradores; sin embargo, hay algo que no ha cambiado desde el surgimiento de este género: el dramatismo y el sentido de supervivencia de los personajes.
Si bien es cierto que todas estas cintas -o al menos la gran mayoría- siguen el mismo esquema argumental, eso no demerita en ningún momento la calidad técnica y artística de las mismas, más bien sigue dejando algo muy en claro: la especie humana es tremendamente resistente; pase lo que pase -temblores, tornados, explosiones, inundaciones, etc.- lo enfrenta. Sólo a quienes no les gusta dejan de encarar a la amenaza de cualquier desastre, sea natural o social; pero siempre, en cualquier momento y circunstancia sale a flote la chispa que mantiene al hombre con vida, no importa la magnitud del desastre.
DRAMA
Es un cine especialmente diseñado para llorar (en muchos casos, puede decirse que en la mayoría), mezclando diversos géneros para conformar nuestra historia. Los personajes y situaciones están tomados en gran medida de la vida real, aunque también se han realizado brillantes adaptaciones de éxitos literarios, como las novelas de Eric Segal.
Se divide en dos corrientes.
DOCUDRAMA
Se refiere a la reconstrucción de un hecho real utilizando actores que representan a los verdaderos protagonistas.
Ejemplos:
«Compulsión», Richard Fleischer, 1959.
«Al Bordo del Río», Tim Hunter, 1987.
«Complot contra la Libertad», Agniezka Holland, 1988.
«El caso Patricia Hearst», Paul Schrader, 1988.
«Mississippi en Llamas», Alan Parker, 1988.
«La Huida: no sin mi hija», Brian Gilbert, 1991.
MELODRAMA
Este género aborda diversas problemáticas sociales puntualizando en el aspecto sentimental. Es un cine emotivo que logra tocar las fibras más escondidas de los espectadores y lleva a la reflexión.
Ejemplos:
«Historia de Amor», Arthur Hiller, 1970.
«Amándonos», Rupert Hitzig, 1990.
«Esperanza de Vida», Randa Haines, 1991.
«Todo por Amor», Joel Schumacher, 1991.
«Philadelphia», Jonathan Demme, 1993.
«Cuando un Hombre ama a una Mujer», Luis Mandoki, 1994.
«Quédate a mi lado», Chris Columbus, 1998.
«La vida es bella», Roberto Benigni, 1998.
“La Princesita”.
Por Jorge Moreno Álvarez.
Bajo la dirección del mexicano Alfonso Cuarón, de quien hemos podido apreciar otros magníficos trabajos como «Sólo con tu Pareja» y «Grandes Esperanzas (Great Expectations)», «La Princesita (The Little Princess)» es una hermosa cinta de corte familiar basada en la novela “Sarah Crew” de Frances Hodgson Burnett, donde se logra conjuntar de una manera muy exitosa la realidad y la fantasía.
A lo largo de la película, cuyos protagonistas son Liesel Matthews, Liam Cunningham, Eleanor Bron y Errol Sitahal, se narra la historia de una pequeña niña, Sarah, quien tras vivir en la India y contar con una buena estabilidad económica, tiene que trasladarse a Nueva York a un internado para señoritas, debido a que su padre es llamado por el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial y tiene que partir al campo de batalla, siendo en el internado donde la pequeña joven vive una serie de acontecimientos y aventuras que, poco a poco, van transformando su vida.
Una de las cosas que más llaman la atención desde el inicio del filme es su excelente fotografía, razón por la cual el trabajo realizado por el mexicano Emmanuel Lubezki («Como agua para Chocolate», «Un Paseo por las Nubes (A Walk in the Clouds)», «La Dura Realidad (Reality Bites)», fue reconocido al ser nominado al “Oscar”.
Otro aspecto que vale la pena mencionar es el excelente trabajo de ambientación, ya que logró ajustarse perfectamente a la época, dando un toque de elegancia, soledad y frialdad, tanto en las escenas que se desarrollan en el interior del internado, como las realizadas en el exterior del mismo, además de contar con un vestuario que enfatizaba aún más la época en que se desarrolló la historia.
De igual forma las escenas de fantasía, cuando Sarah cuenta sus relatos a las otras niñas, le otorgan una fuerza increíble a la trama, ya que de estar en la realidad, transportan al espectador a otro mundo, lo cual hace la historia aún más interesante y divertida. Además, hay que destacar que estas escenas tienen un diseño de producción impresionante, lleno de colorido e inventiva y completamente creíbles, ya que no se ven acartonadas o falsas, comparándolas con otras películas, sino que sobresale en ellas una enorme creatividad.
«La Princesita (The Little Princess)» es una película muy buena y de muy alta calidad que, aunque pudiese compararse con «Annie (John Huston, 1982)» y «Oliver (Carol Reed, 1968)», ninguna de ellas lograría opacar el trabajo realizado por su director Alfonso Cuarón, quien se centró en la vida de una niña de diez años, utilizando la fantasía propia de esa edad, para llevar a la pantalla grande una película para chicos y grandes, divertida y con un alto contenido emotivo, logrando una ambientación, fotografía, dirección y actuación, dignas de recordarse.
Es un cine especialmente diseñado para llorar (en muchos casos, puede decirse que en la mayoría), mezclando diversos géneros para conformar nuestra historia. Los personajes y situaciones están tomados en gran medida de la vida real, aunque también se han realizado brillantes adaptaciones de éxitos literarios, como las novelas de Eric Segal.
Se divide en dos corrientes.
DOCUDRAMA
Se refiere a la reconstrucción de un hecho real utilizando actores que representan a los verdaderos protagonistas.
Ejemplos:
«Compulsión», Richard Fleischer, 1959.
«Al Bordo del Río», Tim Hunter, 1987.
«Complot contra la Libertad», Agniezka Holland, 1988.
«El caso Patricia Hearst», Paul Schrader, 1988.
«Mississippi en Llamas», Alan Parker, 1988.
«La Huida: no sin mi hija», Brian Gilbert, 1991.
MELODRAMA
Este género aborda diversas problemáticas sociales puntualizando en el aspecto sentimental. Es un cine emotivo que logra tocar las fibras más escondidas de los espectadores y lleva a la reflexión.
Ejemplos:
«Historia de Amor», Arthur Hiller, 1970.
«Amándonos», Rupert Hitzig, 1990.
«Esperanza de Vida», Randa Haines, 1991.
«Todo por Amor», Joel Schumacher, 1991.
«Philadelphia», Jonathan Demme, 1993.
«Cuando un Hombre ama a una Mujer», Luis Mandoki, 1994.
«Quédate a mi lado», Chris Columbus, 1998.
«La vida es bella», Roberto Benigni, 1998.
“La Princesita”.
Por Jorge Moreno Álvarez.
Bajo la dirección del mexicano Alfonso Cuarón, de quien hemos podido apreciar otros magníficos trabajos como «Sólo con tu Pareja» y «Grandes Esperanzas (Great Expectations)», «La Princesita (The Little Princess)» es una hermosa cinta de corte familiar basada en la novela “Sarah Crew” de Frances Hodgson Burnett, donde se logra conjuntar de una manera muy exitosa la realidad y la fantasía.
A lo largo de la película, cuyos protagonistas son Liesel Matthews, Liam Cunningham, Eleanor Bron y Errol Sitahal, se narra la historia de una pequeña niña, Sarah, quien tras vivir en la India y contar con una buena estabilidad económica, tiene que trasladarse a Nueva York a un internado para señoritas, debido a que su padre es llamado por el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial y tiene que partir al campo de batalla, siendo en el internado donde la pequeña joven vive una serie de acontecimientos y aventuras que, poco a poco, van transformando su vida.
Una de las cosas que más llaman la atención desde el inicio del filme es su excelente fotografía, razón por la cual el trabajo realizado por el mexicano Emmanuel Lubezki («Como agua para Chocolate», «Un Paseo por las Nubes (A Walk in the Clouds)», «La Dura Realidad (Reality Bites)», fue reconocido al ser nominado al “Oscar”.
Otro aspecto que vale la pena mencionar es el excelente trabajo de ambientación, ya que logró ajustarse perfectamente a la época, dando un toque de elegancia, soledad y frialdad, tanto en las escenas que se desarrollan en el interior del internado, como las realizadas en el exterior del mismo, además de contar con un vestuario que enfatizaba aún más la época en que se desarrolló la historia.
De igual forma las escenas de fantasía, cuando Sarah cuenta sus relatos a las otras niñas, le otorgan una fuerza increíble a la trama, ya que de estar en la realidad, transportan al espectador a otro mundo, lo cual hace la historia aún más interesante y divertida. Además, hay que destacar que estas escenas tienen un diseño de producción impresionante, lleno de colorido e inventiva y completamente creíbles, ya que no se ven acartonadas o falsas, comparándolas con otras películas, sino que sobresale en ellas una enorme creatividad.
«La Princesita (The Little Princess)» es una película muy buena y de muy alta calidad que, aunque pudiese compararse con «Annie (John Huston, 1982)» y «Oliver (Carol Reed, 1968)», ninguna de ellas lograría opacar el trabajo realizado por su director Alfonso Cuarón, quien se centró en la vida de una niña de diez años, utilizando la fantasía propia de esa edad, para llevar a la pantalla grande una película para chicos y grandes, divertida y con un alto contenido emotivo, logrando una ambientación, fotografía, dirección y actuación, dignas de recordarse.
Bibliografía
“El séptimo arte. Un acercamiento a la cinematografía”.
Guadalajara, Jalisco, México
SEP – INDAUTOR.
Autor: Moreno Álvarez, Jorge
Título: El séptimo arte. Un acercamiento a la cinematografía
Rama: Compilación de datos
Titular: Moreno Álvarez, Jorge
Nº Registro: 03-2000-012710281400-01
México D.F., a 9 de marzo de 2000
Sufragio efectivo, no reelección
La directora de registro: Elodia García Barajas
Guadalajara, Jalisco, México
SEP – INDAUTOR.
Autor: Moreno Álvarez, Jorge
Título: El séptimo arte. Un acercamiento a la cinematografía
Rama: Compilación de datos
Titular: Moreno Álvarez, Jorge
Nº Registro: 03-2000-012710281400-01
México D.F., a 9 de marzo de 2000
Sufragio efectivo, no reelección
La directora de registro: Elodia García Barajas